Expertos de todo el mundo piden cuidar el agua potable
«Con el cambio climático se altera el ciclo del agua. Y si nos quedamos sin ella, nos quedamos sin vida. Debemos tener un acceso universal, que es un bien común, y en cambio se nos plantea el problema de su distribución», planteó el canciller de la Pontificia Academia de Ciencias del Vaticano, Marcelo Sánchez Sorondo, al inaugurar el encuentro «Derecho humano al agua».
«La primera causa de los problemas que tenemos con el agua es una estructura económica humana basada en el uso de combustible fósil, como el petróleo», agregó Sánchez Sorondo.
Tras resaltar la «importancia» de la Encíclica papal Laudato Si’ y de la declaración ambiental conocida como COP21 firmada en París en 2015 como documentos centrales para la discusión, el cardenal brasileño Claudio Hummes planteó en tanto que «el agua es un derecho humano inalienable».
«Se necesita responsabilidad, especialmente por los pobres y las generaciones futuras. Es nuestra responsabilidad ética como cristianos asegurarles agua limpia, suficiente y potable», pidió el purpurado.
«Que la Iglesia no se quede indiferente de frente a la grave crisis ecológica y socioambiental. Debemos colaborar en la información y en la formación de la sociedad civil para iniciar un proceso de cambio. Porque la Iglesia también puede ayudar a las personas y familias a cambiar su relación con el agua desde la casa», agregó Hummes.
Durante la primera jornada de encuentro que cerrará mañana el papa Francisco, el titular del gremio Obras Sanitarias José Luis Lingeri criticó las «enormes desigualdades que hay en el tema agua a nivel mundial: algunos almacenan millones mientras otros sufren su ausencia».
«Es un tema que toca a la humanidad toda pero que interpela en especial a los que tienen poder de decisión», esgrimió el sindicalista argentino.
El encuentro es co-organizado por la Cátedra del Diálogo y la Cultura del Encuentro que dirige el argentino Luis Liberman, quien este jueves destacó la posibilidad del evento para «desarrollar una articulación entre el mundo del trabajo y del conocimiento».
«Para el tema del agua se requieren políticas públicas. En este tema parece a veces que el Estado se convirtió en sujeto tácito, y en esta crisis que sufre la humanidad el Estado está en disputa», agregó.
Durante las primeras presentaciones, el gran rabino de Roma Riccardo Di Segni (por el que se inauguraron medidas de seguridad inéditas en la casina Pio IV del Vaticano, con detectores de metales incluidos), planteó un recorrido bíblico por la cuestión del agua y recordó que «ya en la Biblia hay conflicto por el agua».
«Debemos centrarnos en la calidad del agua disponible en el mundo más que en la cantidad», pidió en tanto el filósofo italiano Gianni Vattimo, quien alertó a los 95 participantes sobre «las amenazas de las actividades industriales, lo que vuelve necesario centrarnos en el tema de quién es que contamina el agua».
«Nuestro encuentro debe tener un reclamo de actualidad, preguntarnos dónde están los enemigos del uso natural del agua», agregó.
El encuentro, del que también participa entre otros el presidente de Aysa José Luis Inglese, culminará mañana con la firma de la «Declaración de Roma», con la que buscarán comprometer a los gobiernos y a la sociedad civil «a la construcción de políticas públicas globales, estatales y locales que incorporen instancias de participación reales y efectivas para el ejercicio pleno de la ciudadanía», dijo Liberman a Télam.
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