Contrapunto por dos plantas de tratamiento de residuos
El cumplimiento de la ley de basura cero, que prevé eliminar el entierro de residuos reciclables en rellenos sanitarios, volvió a quedar en foco en la ciudad. Un diputado presentó un pedido de informes al Poder Ejecutivo porteño por el monto de la inversión de dos nuevas plantas procesadoras de residuos. A eso se sumaron los planteos de dos ONG ecologistas que sostienen que la instalación de esas plantas no colabora con el objetivo de dejar de depositar la basura bajo tierra.
Las plantas, que se instalarán en un predio de la Costanera Norte y en otro cercano al Autódromo, procesarán 1000 toneladas de basura por día. Según el gobierno, estas plantas tienen capacidad para recuperar cerca del 60% del material tratado, que consiste principalmente en la fracción orgánica y biodegradable.
El legislador porteño Adrián Camps (Partido Socialista Auténtico) no cree que sea así. Sostuvo: «La ecuación costo-beneficio da índices desastrosos. Claramente, no es la mejor solución. En 2013, una empresa privada instaló una planta de tratamiento de residuos utilizando el método «mecánico biológico» en la Ceamse (Coordinación Ecológica Metropolitana Sociedad del Estado), adonde la Ciudad lleva a procesar 1000 toneladas diarias y paga por los residuos tratados no enterrados. Si analizamos la eficiencia de esta planta MBT encontramos que sólo recicla el 4% de los residuos que ingresan».
El diputado detalló que esta planta, ubicada en el predio de San Martín, costó 170 millones de pesos, mientras que en el caso de las previstas en Costanera y Villa Riachuelo «se destinarían unos 4500 millones de pesos».
RESPUESTA OFICIAL
El ministro de Ambiente y Espacio Público, Edgardo Cenzon, rechazó de plano esta afirmación: «Estamos comparando plantas con tecnologías totalmente distintas. [Las nuestras son] de lo más avanzado que existe en el mundo».
Señaló que la inversión inicial de la instalación en la Ceamse fue lo que la empresa privada dispuso para la construcción con el precio del dólar oficial a 5 pesos. Luego la Ciudad sumó otros 25 millones de dólares, aproximadamente. Cenzon afirmó que la planta hoy muestra índices de recuperación muy superiores a los que señala el diputado Camps.
«El número mencionado, 4500 millones de pesos, surge de la suma de ambas plantas [diseño y construcción], incluyendo los costos de operación y mantenimiento totales por 13 y 10 años, para las plantas Norte y Sur, respectivamente», aclararon otras fuente del ministerio.
Y agregaron: «El costo máximo de diseño, equipamiento y construcción de cada una de estas plantas es de $ 1020 millones. El costo máximo de operación y mantenimiento estimado anual es de $ 113 millones durante un plazo de 13 años para la planta Norte y de 10 años para la planta Sur. Esto equivale a un costo por tonelada de 320 pesos, precio inferior al valor de transporte y disposición que actualmente se abona a la Ceamse».
METAS DE REDUCCIÓN
Greenpeace y Avina confeccionaron un documento en el que afirman que la instalación de aquellas plantas es contrario al espíritu de la ley de basura cero, que planteó plazos para la reducción de la cantidad de basura que se entierra en los rellenos sanitarios bonaerenses.
«Aprobando la construcción de las plantas de MBT el gobierno porteño está desaprovechando la oportunidad histórica de cumplir con esa ley. Básicamente porque estas plantas no cumplen con las metas, cuyo objetivo principal es dejar de enterrar. Hoy estamos en un 15% del porcentaje de reducción. Si la meta es que en 2017 hay que reducir el 75% de lo que se entierra, de nada nos sirve sumar dos plantas de MBT que tienen un rechazo [material que se debe enterrar] del 50%», dijo Soledad Sede, coordinadora de la campaña de basura de Greenpeace Argentina.
Según el gobierno porteño, esta cifra también es incorrecta. Los datos oficiales indican que en los últimos años han reducido el 50% de la basura que se lleva al relleno sanitario Norte III. Las ONG replican que ese cálculo no está hecho sobre la base de lo estipulado en la ley sancionada en 2005, según la cual las metas debían calcularse tomando el total de desechos enterrados en 2004, tres años antes del inicio de la administración macrista.
Las cifras oficiales de la Ceamse indican que hace 11 años la Capital enterró 1.497.656 toneladas de residuos sólidos urbanos, mientras que en 2014, último año del que hay cifras oficiales, se depositaron en los vertederos 1.279.337,8 toneladas.
Según Cenzon, «la Ciudad está trabajando en un escenario a largo plazo en el que no tenga que enviar basura a la provincia. En ese contexto hay que seguir trabajando con la separación en origen y con las cooperativas de cartoneros, pero las plantas son necesarias».
A fines de 2012, la Capital firmó con la provincia de Buenos Aires un compromiso para reducir al 78%, en un año y medio, la cantidad de basura que se enviaría al relleno de la Ceamse de José León Suárez.
CHINCHES EN VILLA URQUIZA
El Ministerio de Ambiente y Espacio Público informó mediante un comunicado que las chinches que aparecieron en árboles de Villa Urquiza pertenecen a la familia pentatómide, que se reúnen específicamente en plátanos. «La aparición de estos insectos suele estar vinculada a un fenómeno denominado «tropismo», que se origina con cambios marcados en el clima. Al no poder conservar su propia temperatura, estos invertebrados buscan agruparse e «invaden» la corteza de los árboles, aunque sin socavar ni dañar la madera», se indicó en la comunicación oficial.
Del editor: cómo sigue. Más allá de las polémicas y de las diferencias de apreciación sobre las plantas MBT, se debe incentivar al vecino a que separe los residuos en el hogar.
Por Laura Rocha
La Nación