Cuatro imputados por la explosión en El Tordillo
Por el accidente ocurrido en yacimiento de Tecpetrol que se cobró la vida del soldador Cristian Gutiérrez hoy formalizaron la investigación en contra de cuatro encargados de seguridad imputados por “homicidio culposo y lesiones graves culposas en calidad de coautores”. Para los imputados, “había intereses superiores de no parar la planta”.
Esta mañana se desarrolló en sede de los tribunales penales ordinarios la audiencia de apertura de investigación por la trágica explosión que dejó como saldo lamentable la muerte de Cristian Gutiérrez. el pasado 27 de agosto de 2015, en la planta “La Petisa”, yacimiento “El Tordillo” de Tecpetrol.
El acto fue presidido por la jueza penal Raquel Tassello; Norma Leiva actuó como defensora de Paredes; en tanto que Guillermo Iglesias y Conte Grand asistieron al resto de los imputados, Gutiérrez, Pérez y Moreno, encontrándose ausente Gustavo Sendra a quién se le formalizará en breve.
En el marco de la audiencia de hoy, la fiscal Cecilia Codina acompañada por la funcionaria de Fiscalía Verónica Dagotto solicitó se les formalice el hecho a los cuatro imputados presentes: Andrea Gutiérrez, Diego Pérez, Carlos Paredes y Roberto Moreno, en base al delito de “homicidio culposo y lesiones graves culposas, tres hechos en concurso real, en calidad de coautores”. Además, se solicitó el plazo de ley, seis meses para concluir con la investigación.
La jueza penal, Tasello hizo lugar a la petición declarando abierta la investigación, dando por anoticiado a los cuatro imputados del hecho que se investiga en su contra y por asegurada su defensa técnica. Estableciendo el plazo de seis meses de investigación.
“HABÍA INTERESES SUPERIORES PARA NO PARAR LA PLANTA”
Uno de los imputados, Diego Pérez, ejerció su derecho a declarar recordando que la tarea de reemplazo de la cañería estaba consensuada con su jefe y también aprobado por las áreas de obras y producción de Tecpetrol que decidieron detener parte del bombeo y no todo, aseguró. El trabajo implicaba el parado de la planta y no lo quisieron hacer, sino que disminuyeron el caudal del petróleo circulante. Recordó que en la Orden de trabajo indicaba no colocar placas de cegado. Si la válvula hubiese funcionado en forma correcta no hubiese sucedido el accidente.
En tanto, aseguró que antes de empezar a soldar se hicieron todas las mediciones y daban negativo recordó, es decir no había un ambiente explosivo y todos los tanques estaban por debajo del nivel de rebalse. El operador de planta estaba en tema sobre que los tanques no debían rebalsar y que se iba a trabajar sobre la cañería de tanques de rebalse. La válvula abierta no debió haber estado así, como también todas las baterías estuvieron funcionando normalmente, es decir no bajaron su nivel al mínimo, como debían hacerlo por la maniobra en curso. A su entender el accidente se produce porque el resto de los sectores no hizo el trabajo que debía realizar, concluyó Pérez.
Iglesias por su parte refirió que en el relato del hecho existe una “confusión entre la causalidad y la autoría; como también que hay que revisar los grados de responsabilidad en el hecho como los gerentes u otros estamentos de decisión”. El resultado fue producto de un hecho fortuito que no fue posible controlar por sus defendidos, aseguró el defensor. Por su parte la defensora de Paredes sostuvo que “no eran decisiones exclusivas de él, sino que había intereses superiores para no parar la planta”.
EL HECHO
La fiscal Cecilia Codina brindó un escueto relato del hecho investigado ocurrido el 27 de agosto de 2015, siendo las 9.30 horas en el yacimiento “El Tordillo”. Allí se inició una maniobra para reemplazar caños, con línea de talud con signos de corrosión por pérdidas.
En dicha tarea trabajaban empleados de la empresa Justo Otero e Hijos con un equipo de soldadores y una cuadrilla de enrosque, entre los cuales se encontraban Cristian Gutiérrez, José Guinao y Villarroel. El encargado de seguridad del lugar debía observar, como corresponde a su función, y evitar cualquier tipo de riesgo en la maniobra.
Así, para Fiscalía los imputados omitieron observar los deberes a su cargo ya que por un desperfecto, la válvula exclusa no cerrada, ingresó petróleo hidratado mientras se desarrollaba la soldadura. Produciéndose una deflagración como consecuencia de dicha negligencia, la muerte de Cristian Gutiérrez y lesiones graves en Guinao y Villarroel, que pusieron en riesgo su vida.