Reciclado: Inauguran Una Nueva Planta Para Los Residuos Del Norte De La Ciudad

La nueva planta de tratamiento de recuperación de materiales secos, Complejo Ambiental Norte, va tomando forma en el barrio de Saavedra. La moderna maquinaria ya fue instalada, pero aún restan las pruebas de puesta a punto y completar el reacondicionamiento de la infraestructura del espacio. Desde la ciudad estiman que una vez que entre en actividad, se espera antes de que finalice este año, se clasificarán entre ocho y 10 toneladas de residuos por hora.

Desde la avenida Goyeneche, a la altura de Arias, se vislumbra el tinglado que protege la maquinaria norteamericana de tecnología MRF (por sus siglas en inglés, Material Recovery Facility). La línea semiautomática separará los materiales urbanos que previamente ya fueron preclasificados por los vecinos en las campanas y puntos verdes. Se tratará de la tercera planta de este estilo que funcionará en la ciudad. Las otras están en Villa Soldati y, la recientemente inaugurada, en Barracas. “Se ve prolijo el lugar. Antes había mucha chatarra en esa manzana”, dice Elvira Roque, mientras camina por la calle Deheza.

En principio, el objetivo de esta planta es absorber los desechos secos de Saavedra y los barrios vecinos de la zona norte de la ciudad. Desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño aseguraron que se tratan de lugares donde los habitantes tienen “mucha conciencia” de reciclaje y separación que se percibe en lo que a diario se acumula en las campanas verdes locales.

La manzana donde se emplaza este nuevo espacio de reciclado estuvo inmersa en un conflicto entre el Gobierno y algunos vecinos de la zona. El predio, que años atrás había funcionado como una playa de acarreo y depósito, se encontraba en estado de abandono antes de que iniciaran las obras de construcción. Algunos vecinos de la comuna 12 rechazaban el proyecto oficial y en cambio reclamaban que se creara allí una plaza, como lo preveía el código de planeamiento urbano. En agosto de 2018, la legislatura porteña aprobó una ley para modificar el uso de ese polígono y afectarlo a “Higiene urbana”. La inversión de la obra es de 300 millones de pesos.

“Me parece que es algo bueno para el barrio. Creo que quienes están en contra de la planta tal vez piensan que será un cúmulo de basura. Un basural era lo que había antes en este lugar. Había tranvías y hasta colectivos abandonados”, opina Ana Parravicini, vecina de la zona. Las fuentes consultadas aseguran que el acopio de los materiales, al tratarse de residuos secos, es limpio y que no habrá emanación de olores desagradables ni líquidos lixiviados.
Parte del proyecto del denominado Complejo Ambiental Norte incluye la mejoría del entorno de la planta: se plantarán distintas especies de vegetación en las veredas, se crearán muros verdes y se mejorará la iluminación.

Tal como funciona en las otras plantas, los materiales reciclables serán cargados en la tolva de alimentación para comenzar, desde allí, un camino que no durará más de tres minutos hasta llegar al extremo final de la línea de trabajo. El primer paso consistirá en la selección manual que harán recuperadores urbanos (integrantes de algunas cooperativas) de aquellos elementos más voluminosos que dificultan el procesamiento técnico. Luego, los desechos ingresarán a una separadora automática de cartones, vidrios y metales no ferrosos.

Los reciclables que continúan en la cinta entran luego a una separadora de papeles y a un separador óptico de PET -el material del que están hechos la mayoría de los envases domésticos de bebidas- que utiliza aire comprimido. A medida que el proceso avanza, los recuperadores separarán materiales de aluminio y tetrabrik y participarán de controles de calidad del trabajo de la máquina. El último paso mecánico de clasificación es el que separa los metales.

El sistema permite la convivencia de la maquinaria con unos 60 operarios por turno de trabajo. Si bien se prevé que quede un remanente de materiales rechazados, de acuerdo a las estimaciones de fuentes de la cartera de Ambiente el 95% de los residuos secos que ingresarán a la planta serán clasificados y luego enfardados para su posterior comercialización y reutilización como nuevos productos. Con esta tecnología MRF, la separación y productividad es más grande que un Centro Verde: permite tratar, en promedio, unas 10 toneladas por hora, cuando en los centros es de 20 a 30 toneladas por día.

Por: Valeria Musse
La Nación

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