Lo que viene: el uso en el hogar de energía distribuida o inyectada.

Lo que viene: el uso en el hogar de energía distribuida o inyectada.

Una investigación de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, concluyó que para el año 2040 el agua disponible no será suficiente para toda la población mundial.

Una investigación de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, concluyó que para el año 2040 el agua disponible no será suficiente para toda la población mundial. Vinculó como parte de la problemática a la gran demanda que implica el consumo del líquido y el requerimiento para la generación de energía eléctrica, a lo cual atribuye el mayor gasto.

Sin embargo, especialistas locales minimizaron este impacto al señalar que el uso de agua para la generación de energía está muy regulado por las condiciones climáticas propias de la provincia. Asimismo, el ingeniero Luis Álvarez, jefe del área Eléctrica del Instituto Regional de Estudios sobre Energía de la UTN, señaló que aquí la prioridad es el uso por parte de la población y el riego.

Según detalló, el agua luego de pasar por la turbina se aprovecha, “no se tira, no se derrocha, no se contamina”. Asimismo, explicó que la tendencia es al uso de las energías no convencionales y la generación distribuida: esto implica colocar paneles solares domiciliarios para autoabastecimiento, y que el excedente se inyecta en la red pública de energía.

“Esto trae una nueva problemática para la red instalada porque está pensada para que se genere en un solo lugar, entonces hay que prepararla. El Epre antes de fin de año va a sacar una reglamentación sobre el tema para decir cómo se puede hacer para regular el producto que se inyecte y saber cuánto van a pagar la energía inyectada”, explicó.

Este sistema está ya instalado en Europa. Álvarez señaló que el actual está trabajando casi al límite de su capacidad, por lo cual apelar a este procedimiento como método complementario es una posible solución a la creciente demanda de la población. Y consideró que podría aplicarse en unos cinco o diez años en tanto disminuyan los costos, ya que en promedio adaptar una vivienda puede requerir en la actualidad unos 60 mil pesos.

Fuente: Los Andes

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