Las Bacterias Que Pusieron Verde El Delta Empiezan A Retroceder Pero Igual Recomiendan No Usar El Agua Ni Para Lavarse

El Municipio trabaja junto a la Autoridad del Agua (ADA) bonaerense en la toma de muestreos semanales.

Las crecidas del río, junto a los fuertes vientos, y temperaturas no tan altas para esta época lograron que las cianobacterias, presentes en las aguas del Delta de la zona norte del conurbano bonaerense, comiencen lentamente a desaparecer.

Pero si bien la situación está aliviada, aún falta que se concreten una serie de  acciones y análisis para una mejora sustancial y prolongada en las zonas afectadas. Es por ello que, el Municipio, junto a la Autoridad del Agua de la Provincia de Buenos Aires (ADA), continúan con la realización de muestreos todas las semanas.

“Ya hemos recibido los primeros resultados de la técnica del pozo con el tanque enterrado y perforado, y los resultados han sido favorables, ya que no se han detectado cianobacterias”, expresó la directora general de Gestión Ambiental de Tigre, María Paz Mazzola.

La última aparición de cianobacterias (organismos microscópicos, que contienen clorofila, y pueden realizar fotosíntesis para mantenerse con vida y propagarse), en el Delta de Tigre empezó a hacerse notoria en noviembre de 2020.

Se trató de una situación que mantuvo preocupados a los vecinos de la zona debido a la tonalidad verdosa de los ríos y arroyos del Delta. Y provocó que el agua no se pudiera consumir, ni utilizar para higiene personal.

Es así, como el Municipio de Tigre busco ponderar un accionar en conjunto con diferentes organizaciones regionales socio-ambientales, como el Observatorio Humedales Delta, y con empresas como Aysa, para remitir una rápida solución a los vecinos.

Además se trabajó en conjunto con diversas áreas del Municipio y se formó un Comité de Emergencia por la Cianobacteria, que lleva adelante charlas para concientizar tanto a vecinos como a prestadores turísticos acerca de los riesgos y, a su vez, difundir las alternativas de tratamiento del agua para su uso doméstico y de higiene personal.

Actualmente, existen varias posibilidades para combatir a las cianobacterias. En primer lugar están las soluciones físicas, como el uso de ultrasonidos: al emitir ondas ultrasónicas de cierta frecuencia, se puede destruir la estructura celular de las cianobacterias.

También se pueden usar remedios químicos u optar por un control biológico, para que aumente la densidad de los depredadores de las cianobacterias. Pero, lo cierto es que cada técnica tiene sus “pro” y sus “contras”.

Por lo que las autoridades municipales deberán seguir priorizando las investigación previas para evitar cualquier repercusión no deseada sobre los ecosistemas marinos.

Por su parte, Mazzola aclaró que “la proliferación de esta bacteria se da por un exceso de fósforo y nitratos en el agua, algo que generalmente está vinculado con las producciones en el alto Delta”.

Y agregó: “Sin embargo, hay que sumarle otros factores como la bajante del río, porque al haber menos caudal, hay más sedimentación y permite el mayor ingreso de luz al agua, lo que causa que florezcan más, junto con las altas temperaturas”.

En busca de alternativas, muchos vecinos abrieron debates en las redes sociales, acerca de los tratamientos caseros preexistentes para el agua, pero según los especialistas, algunos de ellos hasta podrían aumentar el riesgo de intoxicación.

Carmen, una de las vecinas del Delta, e integrante del Observatorio Humedales del Delta, explicó que “el cloro y el sulfato de cobre, por ejemplo, matan a las cianobacterias y liberan las toxinas al agua. Pero esas toxinas no se destruyen al hervir el agua, sino que son muy resistentes y pueden perdurar meses o años hasta degradarse”.

A su vez, los vecinos realizan perforaciones en la napa de las islas, aljibes y “pozos de emergencia”, cuya efectividad es uno de los temas que se están investigando. Desde el gobierno local, recomiendan tener presentes herramientas como el Cianosemáforo, un dispositivo al que se puede acceder a través de la web municipal y sirve para medir los riesgos de acuerdo con la tonalidad del agua. para diferenciar los riesgos en la tonalidad del agua.

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