La Gran Barrrera de Coral, en alerta máxima: podría no llegar a recuperarse

La Gran Barrera de Coral australiana –el mayor sistema coralino del mundo, con 2.300 kilómetros de largo– necesitará al menos una década para recuperarse del blanqueo masivo, aunque los científicos dudan que vuelva a ser la misma. El arrecife solo podrá salvarse con una lucha decidida contra el cambio climático, según un estudio publicado el lunes por la revista científica Nature.

La destrucción de este ecosistema crece a pasos agigantados. En mayo de 2016, el profesor Terry Hughes, experto de arrecifes de coral de la Universidad James Cook de Townsville (Australia), advirtió que el 35% de los corales estaban muertos o en proceso de descomposición en 84 arrecifes que estudiaron en el norte y centro de la barrera. Pero, en noviembre del mismo año, otro estudio encabezado por el mismo científico fue aún más sombrío: reveló que había muerto el 67% de los corales del norte.

También liderada por Hughes, la nueva investigación analiza la evolución en la últimas dos décadas de la Gran Barrera. «Cada vez es menos probable que los arrecifes se recuperen totalmente, en el sentido de que retornen al punto en el que estaban antes de la era de blanqueo masivo, que comenzó a finales del siglo pasado», dijo a EFE el científico Sean Connolly, quien participó en el estudio y se movilizó para estudiar la situación por aire y por debajo del agua.

Los corales son animales que viven formando colonias con algas de las que las dos especies se aprovechan mutuamente. Pero con las altas temperaturas las algas se vuelven tóxicas, los corales las expulsan y pierden así sus brillantes colores, se quedan blancos. Por lo tanto, la principal causa de la decoloración es el incremento de la temperatura de las aguas por encima de la media, en hasta cuatro grados.

«Incluso para las especies de corales de crecimiento relativamente rápido puede tomar al menos una década o más para que recuperen sus tamaños previos al blanqueo y su abundancia, asumiendo que no ocurran otros eventos mortales como los ciclones, las coronas de espinas, enfermedades u otros blanqueos», remarcó Connolly. «Qué tan lejos vayamos (en la recuperación) depende de cuán rápido nos movamos hacia una economía de emisión (de CO2) global cero», continuó.

Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en este monumento natural viven 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y 4.000 variedades de moluscos. Llamó la atención de líderes como el ex presidente estadounidense Barack Obama, que pidió protegerlo con medidas contra el cambio climático.

Estuvo a punto de entrar en la lista de «Patrimonio en peligro», pero el Gobierno australiano se comprometió a implementar un plan hasta el 2050 que incluye mejorar la calidad del agua, proteger las zonas ribereñas de la deforestación y frenar el dragado. Si bien estas medidas pueden ayudar en la recuperación de los corales a largo plazo, el análisis de James Cook reveló que no hicieron gran diferencia frente al blanqueo masivo de 2016. Según David Wachenfeld, coautor del trabajo, «el calentamiento global es la amenaza número uno de la Gran Barrera».

Fuentes: EFE y DPA

Clarín

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