La erosión, un daño ambiental que vuelve a aumentar
Primer nivel. Frente al Día de la Conservación del Suelo que se viene (el 7 de julio), el experto Roberto Casas advierte que el 35% del territorio argentino (unas 100 millones de hectáreas) está afectado por procesos de erosión hídrica y eólica.
Uno de los desafíos más significativos que ha afrontado la humanidad a través de la historia, es la degradación de los recursos naturales y principalmente la degradación de los suelos cultivados. Esta correlación es muy bien resumida por René de Chateubriand al expresar que “los bosques preceden las civilizaciones, los desiertos las siguen”.
En vastas regiones de la Argentina se viene observando con preocupación una reactivación de los procesos de erosión del suelo producto principalmente de los cambios producidos en el uso del suelo, simplificación o falta de rotaciones y el sobrepastoreo en regiones secas.
En la región pampeana húmeda y subhúmeda, el abandono de la rotación de cultivos ha generado consecuencias negativas en el incremento de la erosión de los suelos, el balance de la materia orgánica, la fertilidad y la eficiencia hídrica.
En las regiones patagónica y seca occidental, el sobrepastoreo, el desmonte y uso del fuego en los pastizales y bosques secos, conjuntamente con otras actividades antrópicas, tales como la petrolera y la minería, han contribuido a incrementar los procesos de erosión y contaminación en éstas regiones, como parte de una problemática más vasta y compleja como es la desertificación.
Se estima que actualmente un 35% del territorio argentino está afectado por procesos de erosión hídrica y eólica, lo cual representa unas 100 millones de hectáreas en total. Al analizar los datos globales de la estimación de erosión hídrica y eólica correspondiente al 2015, se observa un crecimiento de un 80% respecto de la efectuada en 1990.
Se trata de un incremento muy importante de los procesos erosivos, que están conspirando contra la sustentabilidad de los modelos productivos actuales. La erosión hídrica es la que más creció en este último cuarto de siglo, duplicándose, con un incremento de 35 millones de hectáreas, mientras que el crecimiento de los procesos eólicos fue algo menor, aunque importante en términos absolutos (13 millones de hectáreas más de suelos erosionados).
En cuanto a los factores causales de erosión y degradación de suelos a nivel de las regiones, en función de la importancia relativa para cada región, se concluye que para las regiones NOA y NEA, las principales causas son el desmonte y expansión de la frontera agrícola, cambio del uso del suelo, simplificación de rotaciones, sobrepastoreo, y labranzas inadecuadas.
En la región pampeana se mencionan el cambio de uso del suelo, simplificación de rotaciones e intensificación agrícola. Para la región de Cuyo los factores causales más importantes son el manejo deficiente del riego, el sobrepastoreo y la minería. En la Patagonia se mencionan como principales factores de degradación, el sobrepastoreo, la actividad petrolera y los incendios de pastizales y bosques.
El 7 de julio de 1963 se instituyó en la Argentina, a través de un decreto, el Día de la Conservación del Suelo en homenaje al Dr. Hugh Bennet, pionero y luchador incansable de la protección de los suelos en remotas regiones del mundo. Decía Bennet hace 70 años que en el cuidado del suelo descansa el futuro de la humanidad. Para la Argentina el futuro es hoy, por lo que debemos obrar en consecuencia.
* Nota de la Redacción: el autor es director del Centro para la Promoción de la Conservación del Suelo y del Agua.
Clarín