La Deforestación Sin Control Se Convirtió En Una De Las Máximas Amenazas Al Planeta

Las medidas y declaraciones de Jair Bolsonaro avivaron el debate sobre la importancia de proteger los bosques nativos. El planeta perdió más de 15 millones de hectáreas en un año y esto constituye un gran riesgo para la vida en todo el mundo

Por Sergio Federovisky

Apenas asumido como presidente de Brasil, Jair Bolsonaro fusionó las carteras de Agricultura y Medio Ambiente. Las medidas despertaron sospechas sobre cuál sería su compromiso con la biodiversidad. Las dudas que se habían generado sobre las consecuencias de la medida se disiparon cuando un instituto científico brasileño registró en un mes la tala de 739 kilómetros cuadrados de bosque nativo. Esto significaba lisa y llanamente la tasa más rápida de deforestación de toda la década.

La Amazonia es considerada el gran pulmón del mundo y semejante arremetida contra ella no podía sino encender un gran debate sobre la deforestación a escala global.

Algunas cifras del Global Forest Watch ya habían encendido varias alarmas. Un documento de esta organización señaló que el planeta perdió más de 15 millones de hectáreas de bosque tropical durante 2017. Se trata del segundo año con los peores datos registrados en la pérdida de superficie forestal desde 2001.

Para poder dimensionar esto hay que imaginar que en un año se perdieron todos los árboles de una superficie equivalente a las provincias de Entre Ríos y Corrientes juntas. Cuarenta canchas de fútbol por minuto durante 12 meses seguidos. Casi siempre en nombre del “progreso”. El empeño que está demostrando el actual presidente brasileño podría convertir esas cifras en tenues.

A pesar de la excusa de que la Amazonia sufrió una fuerte sequía, el año pasado se pudo comprobar que casi todos los incendios de esa región fueron perpetrados por personas o empresas que quieren liberar la tierra para destinarla a la ganadería o la agricultura.

Siempre es necesario recordar la importancia que tienen los bosques para la biodiversidad y la vida del planeta. Sirven para dar sombra, para liberar oxígeno mediante la fotosíntesis, para retener agua, para impedir que las lluvias erosionen el suelo y para capturar dióxido de carbono, que es casi como decir para combatir el cambio climático.

Además, cumplieron un rol histórico fundamental en el desarrollo económico: fueron la fuente de abastecimiento para importantes obras públicas que permitieron el desarrollo de la economía, tales como los durmientes de todas las vías férreas, la leña para las locomotoras, la construcción de vagones, la construcción de muelles, la infraestructura agropecuaria. Proveyeron energía para la industria y sirvieron para que las personas pudieran cocinar sus alimentos y calefaccionar sus hogares.

Los bosques siguen siendo un sostén fundamental de las economías campesinas e indígenas porque son los que las proveen de energía, alimento, forraje para la ganadería, medicina y bienes de intercambio. Y en muchas regiones son el motor más importante del desarrollo turístico. Si se acentúa esta especie de laissez faireforestal de Bolsonaro las consecuencias serán nefastas para todo el planeta.

Sin bosques, la vida en el mundo no está asegurada. Los estados, la sociedad y los empresarios deben tomar conciencia de ello.

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