La ambulancia del Camp Nou no supera la prueba

Barça- Celta. Con 3-1 en el marcador, Gavi Araújo saltan a por el mismo balón, golpean cabeza con cabeza y ambos quedan aturdidos.

Gavi cae al suelo y el uruguayo se desploma actos seguido, en el minuto 59.45.

Iago Aspas y Eric Garcia le ayudan a respirar poniéndole en posición fetal. Con la llegada del médico y el fisioterapeuta del Barça, se auxilia al jugador y, al instante, se pide que entre la camilla móvil.

Entra cuando Araújo ya lleva un minuto en el suelo. Al instante, los médicos piden también la ambulancia. La gravedad de la lesión supone que, por primera vez en la historia del Camp Nou, el automóvil medicalizado pise el césped. Es una imagen tan insólita como preocupante.

La ambulancia aparca al lado del lesionado en el minuto 61.00. Dos minutos y diez segundos después, con Araújo inmovilizado, empieza la maniobra para entrar la camilla en el vehículo. Y ahí empieza la parte preocupante de la historia. No hay forma de hacerla entrar.

La visión desde tribuna es privilegiada. Al final del encuentro, Aspas desveló lo grave de lo sucedido. El sistema mecánico que debía subir la camilla quedó atascado y, manualmente, no había forma de subsanar este problema.

Es decir, se tardó 2 minutos y 35 segundos más en lograr la operación. De la caída de Araújo a la evacuación pasaron, exactamente, 7 minutos y 40 segundos. No es de recibo.

Por una vez que se necesita la ambulancia, todo debe funcionar a la perfección, como requeriría la peor de las emergencias.

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