Herido un trabajador por un derrabe a una profundidad de 700 metros en Nicolasa

Un trabajador de Hunosa -F. V. de 41 años- sufría el lunes heridas por atrapamiento tras producirse un derrabe de carbón en el interior del Pozo Nicolasa, en el Área Sueros de Mieres. El accidente -registrado a unos 700 metros de profundidad de explotación- ocurrió poco después de las once de la mañana y fue rescatado por sus propios compañeros que se encontraban en el interior; no fue precisa la intervención de la Brigada de Salvamento.

Salió consciente del interior de la mina con fuertes dolores en piernas y espalda. En un primer momento, fue trasladado al Hospital Álvarez-Buylla y, posteriormente, al Universitario Central de Asturias (HUCA) donde se encuentra en observación para analizar el alcance de los traumatismos, informaron fuentes sindicales. En principio, presenta contusión de médula ósea.

El accidente se produjo cuando el operario se encontraba trabajando con un avance-combinador, una de las máquinas que usa la empresa para la extracción del mineral. Por circunstancias que se desconocen, cayó parte de la galería atrapando al minero. El trabajador accidentado formaba parte de un equipo de cuatro personas que estaban realizando esas labores de avance; el derrabe de carbón se produjo cuando se estaba saneando el corte, que cogió por sorpresa al empleado de la hullera pública. Una vez sacado al exterior por sus compañeros, ya estaban esperando los servicios médicos de la empresa.

En el momento del siniestro, había medio centenar de trabajadores en el interior de la mina, la última con actividad extractiva de Hunosa.

En detalle, el derrabe tuvo lugar en la sétima planta -que se encuentra a esos citados 700 metros de profundidad-, en el segundo nivel izquierda del 782, donde se explota mediante subniveles la capa 7a.

Inicio de investigación

Desde la hullera pública se indicó que ya se ha iniciado la investigación interna para esclarecer las circunstancias que rodearon este accidente.

Este pozo está tristemente marcado por la faceta más trágica de la historia de la minería en Mieres. Y es que fue en esta explotación, un 31 de agosto de 1995, cuando todo el país se estremecía tras producirse una explosión del grisú dejando un balance de catorce trabajadores muertos, cuatro de ellos de Chequia que estaban subcontratados. Este suceso marcó un antes y un después en lo tocante a la seguridad dentro de una mina. Hubo cambios en los sistemas de ventilación y se dictaron nuevas normas para las explotaciones por sutiraje; se intensificaron los sondeos en las capas para detectar de forma previa el grisú y se estableció que las máquinas avanzarían siempre a través de la veta de carbón.

Uno de los últimos incidentes registrados en la explotación fue en septiembre de 2013, cuando se declaró un incendio en su interior, obligando a desalojar a unos quince trabajadores que se encontraban en su interior. El fuego fue sofocado por la Brigada de Salvamento sin que hubiera daño personal alguno.

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