Hay 7 millones de jóvenes en riesgo de perder audición
El ruido está en todas partes. En el repiqueteo que viene de la obra, el alarido de un caño de escape, el estruendo de chicos que festejan un gol. Sin embargo, nada es tan dañino para el oído como mantener durante varias horas los auriculares a toda máquina. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que el 50% de las personas entre 12 y 35 años (unos 7 millones de argentinos) están expuestos a niveles de ruido perjudiciales a consecuencia del uso de dispositivos electrónicos como reproductores de MP3 y celulares.
Además, hay un 40% (5.600 millones de argentinos) que traspasan el umbral de riesgo y se someten a sonidos nocivos en clubes nocturnos, discotecas, pubs, bares, cines, conciertos y eventos deportivos.
En términos generales, la OMS estima que unos 1.100 millones de jóvenes de todo el mundo podrían sufrir pérdida de audición por una exposición sostenida.
“Noto desde hace año que viene subiendo la consulta por los problemas relacionados con el uso de auriculares. Uno de los más dañinos son los modelos de botón, ya que producen un sellado hermético que concentra la energía sonora y no tienen atenuación” explica Carlos María Boccio, jefe del departamento de Otorrinolaringología del Hospital Italiano.
Se sabe que hay 43 millones de jóvenes de entre 12 y 35 años con discapacidades auditivas. Las prácticas inseguras, como usar dispositivos electrónicos y auriculares al tope del volumen, son algunas de las principales causas.
“Cualquier persona puede estar expuesta y los daños que produce en la audición son lentos e irreversibles. La clave para darse cuenta si el volumen está en el nivel adecuado es que, con los auriculares puestos, uno pueda escuchar lo que alguien que está a un metro le está diciendo. Ante una lesión, lo primero que uno llega a percibir es un pequeño zumbido, como cuando uno vuelve de un baile o un recital, pero que es más persistente” indica Esteban Bercellini, médico otorrinolaringólogo del Hospital Alemán.
El nivel sonoro a soportar depende del tipo de ruido, la distancia de la fuente y el tiempo de exposición. La OMS indica que escuchar 15 minutos de música a 100 decibeles (dB), una persona se expone a niveles similares a los que absorbe un trabajador industrial en una jornada de 8 horas trabajando en un entorno sonoro de 85 dB.
“La exposición sonora por música recreativa no es algo nuevo. Actualmente, la Comunidad Europea influyó en los fabricantes de equipos personales de música para que no superen niveles sonoros lesivos. En algunos smartphones se observa una leyenda que informa sobre el daño que puede producirse en la audición si se escucha a un volumen alto” advierte Lorenzo Parreño, otorrinolaringólogo, profesor de posgrado de la Universidad Católica Argentina.
La audición mejora a medida que estas células se recuperan, pero cuando los sonidos son muy fuertes o la exposición se produce con regularidad o de forma prolongada, las células sensoriales y otras estructuras pueden verse dañadas de forma permanente, advierte la OMS. “Cuando el sujeto supere los limites, con una intensidad elevada y tiempo prolongado, quedará con una lesión auditiva. Si la exposición fue corta, hay un efecto inmediato que puede ser reversible. La persona puede estar ‘aturdida y/o con acúfeno’ pero en unas horas se recupera” completa Parreño.
La organización también ha afirmado que el 76% de la población que vive en centros urbanos sufre un impacto acústico muy superior al recomendable y esto se refleja en su calidad de vida. “El daño se produce en la cóclea que contiene el órgano receptor de las distintas frecuencias de la audición. La primer zona afectada es el agudo y si se empieza a homogeneizar, se extiende a los medios y los graves. Si uno no previene no hay un tratamiento alternativo” observa Boccio.
Fuente: Clarin