Hacemos poco para salvar el planeta
Tribuna.Alieto Aldo Guadagni
La denominada COP es la conferencia de las 195 naciones firmantes de la “Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático” acordada en 1992. En diciembre tuvo lugar en París la COP 21. Han transcurrido ya 21 COP en los últimos 23 años y se han registrado avances, pero aún estamos lejos de asegurar la preservación del clima en el planeta. El desafío que enfrenta la humanidad es global, debido a las emisiones de CO2 que han venido creciendo. Esta amenaza requiere una solución global con compromisos de todas las naciones.
Preservar el planeta de los daños del calentamiento, que ya comenzaron a sentirse en nuestro país afectando, por ejemplo la disponibilidad de agua por el retroceso de los glaciares andinos al mismo tiempo que aumentan las inundaciones en el Noroeste, exigirá un compromiso de toda la humanidad. La meta es exigente, ya que requiere que dentro de 20 años deberíamos estar emitiendo un 30% menos de CO2 que hoy. Para ello se debe modificar el patrón energético y reforestar.
Como dentro de 20 años la población crecerá en 1400 millones de habitantes y el PBI mundial será el doble del actual, se trata de reducir las emisiones contaminantes por unidad de PBI más de un 65%.
El actual modelo económico, basado en los combustibles fósiles, deberá ser sustituido por otro con nuevas energías limpias, y mayor eficiencia energética. No ha concluido aún la era de los combustibles fósiles, pero hemos comenzado a transitar hacia el fin de esta era, nacida a fines del siglo XVIII. Los flujos de inversiones comenzaran a orientarse hacia las nuevas tecnologías y la mayor eficiencia en el uso de la energía, esto requerirá más inversiones en investigación y desarrollo. Las nuevas energías renovables impulsaran nuevos sectores productivos, capaces de absorber crecientes flujos de inversiones. Los costos de las renovables han disminuido, mientras que estas inversiones se han multiplicado más de seis veces, Los dos últimos años han sido testigos de una gran expansión de estas nuevas energías en todo el mundo.
No es una buena noticia que las propuestas presentadas por las naciones en esta COP 21 implican un ascenso de la temperatura en el orden de 3°C, o sea el doble de la meta de 1,5°C. Un comentario merece la propuesta presentada por nuestro anterior gobierno: si todos los países hubiesen presentado una oferta similar a la nuestra, la temperatura mundial subiría 4°C. Es hora de revertir el proceso argentino de “fosilización” que se impulsó en la última década. Los combustibles fósiles han cubierto casi totalmente el incremento en la generación eléctrica entre 2003 y 2014, ya que la energía hidroeléctrica, nuclear, solar y eólica apenas aportaron un 4% del incremento de generación eléctrica. Por esta razón las emisiones de CO2 en nuestro sistema eléctrico se incrementaron un 80% desde el año 2004.
Nuestra propuesta debe ser mejorada y debería incluir un programa concreto y financiable de iniciativas de eficiencia energética; las propuestas de este programa deberían, por lo menos, ser las siguientes: Modernización del transporte público urbano, extendiendo el Metrobús al Conurbano y grandes ciudades del interior. Modernización del ferrocarril de cargas y de pasajeros. Nuevas normas técnicas para mejorar la eficiencia en la utilización de combustibles por los vehículos. Normas técnicas que apunten a una mayor eficiencia en la utilización industrial de la energía. Artefactos eléctricos que ahorren energía. Códigos de edificación urbana que alienten la construcción de edificios e instalaciones que ahorren energía. Normas tributarias y crediticias que estimulen el ahorro de energía.
La amenaza climática no se solucionara por el agotamiento de los fósiles, ya que nunca hubo tanto petróleo y gas como hoy; en 1980 las reservas petroleras mundiales cubrían apenas 30 años de consumo, mientras que hoy cubren 53 años. La utilización plena de estos recursos fósiles, ya contabilizados en los balances empresarios, no sería compatible con la meta de no cruzar la barrera de un aumento de 2 grados centígrados. BP acaba de informar que “si las reservas existentes de fósiles fueran utilizadas totalmente en los próximos años se emitirían más de 2,8 trillones de toneladas de CO2, bien por encima del límite de un trillón consistente con la meta de no superar el límite de 2°C de aumento de la temperatura global”.
El Acuerdo de París no es tan bueno como pudo haber sido, aunque fue mejor que lo que no pocos esperaban. Las carencias en los acuerdos logrados en la COP 21 son muchas, por esta razón la Agencia Internacional de Energía pudo afirmar que “El rumbo del viaje está cambiando, pero el destino todavía no son los 2 grados”.
Alieto Aldo Guadagni es miembro de la Academia Argentina de Ciencias del Ambiente.
Clarín