Factores de riesgos psicosociales
Del modelo tradicional al modelo renovador.
*Por Ezequiel Dominguez, Lic. en RRLL, especialista en RSE y factores de riesgo psicosociales en el trabajo e Instructor de meditación en Provincia ART
El paradigma tradicional de la higiene y seguridad comienza a perder su vigencia y es superado por su versión renovada que pone énfasis en la subjetividad y la humanización del trabajo, es decir, en el bienestar laboral. Los nuevos desafíos para las empresas implican abordar a los factores psicosociales que son un componente de desarrollo o riesgo, impactando en las condiciones y medio ambiente de trabajo y generando consecuencias positivas y/o negativas en la integridad biopsicosocial de los trabajadores.
Breve reseña histórica
Con el pasar de los años, las sociedades han evolucionado y se han transformado: de vivir en cavernas a edificios, de tener que prender el fuego a contar con servicios de luz y gas, de transportarse a distintas partes del mundo en barcos a trasportarnos en avión disminuyendo tiempos de viajes, de comunicarnos por medio de cartas a mandar un mail o hacer un llamado por celular al instante. Sin embargo, todas las transformaciones en la sociedad, también impactaron en el mundo del trabajo. Las innovaciones y avances tecnológicos, las TICs y principalmente las normativas internacionales y nacionales vinieron a repensar el trabajo.
Las condiciones y medio ambiente de trabajo (CyMAT) y la seguridad e higiene, se pueden analizar desde dos concepciones, una forma tradicional y otra renovadora.
Concepción tradicional
Es una concepción reduccionista, deshumanizante y que lamentablemente, en la actualidad tiene vigencia. La seguridad e higiene se orienta a la exposición del cuerpo del trabajador/a a determinados factores y los efectos que se generan en él. Se determina por la intensidad, frecuencia, duración a la exposición a los riesgos y la existencia o no de medidas de prevención.
Los accidentes laborales y enfermedades profesionales son propios de la naturaleza laboral, es decir, son impredecibles y ante ellos se entrega una compensación, una reparación o indemnización por lo ocurrido. Los EPP disminuyen los riesgos, pero muchas veces resultan incómodos o traen aparejado otros riesgos que este enfoque no tiene en cuenta, y esto se debe a qué no considera más allá de las consecuencias físicas, ignorando que la salud del trabajador/a puede estar afectada por otros factores de orden psicológico y/o social, muchas veces más graves que los fiscos.
Esta concepción rige principalmente a finales del SXIX y mediados del SXX en su máximo esplendor, épocas de la cadena de producción, el trabajo repetitivo, que nos transporta a “Tiempos Modernos” de Charles Chaplin, donde no se reconoce la subjetividad del trabajador.
Concepción renovadora
A partir de los 80 se toma mayor conciencia acerca de las condiciones del trabajo y sus efectos negativos en la salud de los trabajadores/as, comienzan los movimientos sociales y laborales contra esa concepción buscando reivindicar derechos laborales que se orienten a la “humanización de trabajo” y a mejorar la “calidad de vida laboral”
La OIT en 1974 establece la necesidad de adoptar una visión global y de conjunto cuando intervienen diversos factores, que se relacionan con el bienestar físico, psíquico y mental del trabajador. En consonancia con lo establecido las asociaciones sindicales comienzan a negociar acuerdo colectivos que tienen en cuenta estos temas.
De esta manera, se supera limitar el problema sólo a la Seguridad, Higiene y Medicina del Trabajo, ya no solo existen causas físicas sino también no físicas como la violencia y el acoso laboral, liderazgos, estilos de comunicación, tipo de relaciones laborales, ritmo, cargas y jornadas de trabajo, desarrollo y responsabilidades. Esto además no se limita a consecuencias físicas sino también a consecuencias no físicas como: sentimientos de inseguridad, malestar, miedo, preocupación, ansiedad, desmotivación, tristeza, indefensión.
El énfasis comienza a ponerse en los factores psicosociales, que pueden generar oportunidad de desarrollo, bienestar y calidad de vida o a todo lo contrario, transformarse en riesgos capaces de afectar la salud física, mental y emocional de los trabajadores/as, asegurando así que los riesgos psicosociales dejen de ser la parte invisible de la siniestralidad laboral.
¿Qué son los factores psicosociales?
Según la OIT “Los factores psicosociales en el trabajo consisten en interacciones entre el trabajo, su medio ambiente, la satisfacción en el trabajo y las condiciones de organización, por una parte, y por la otra, las capacidades del trabajador, sus necesidades, su cultura y su situación personal fuera del trabajo, todo lo cual, a través de percepciones y experiencias, puede influir en la salud, en el rendimiento y en la satisfacción en el trabajo”
Sin embargo, Los factores psicosociales en el trabajo están determinados por el conjunto de percepciones y experiencias del trabajador si son positivas o negativas, lo que determinar cómo se siente el mismo, en su puesto de trabajo, en la relación con sus pares y superiores y en la organización y cultura del trabajo.
El objetivo de las empresas es apuntar al bienestar laboral subjetivo, entendido como un conjunto de juicios valorativos y de reacciones emocionales concernientes al grado en que la propia experiencia de trabajo es vivida como satisfactoria, agradable y positiva, provocando condiciones y medio ambiente de trabajo seguro y saludable, donde todos ganan.
Las empresas en que reina la insatisfacción, el malestar de los trabajadores, lo negativo, la
frustración por falta de oportunidad, la imposibilidad de crecer, el acoso laboral, el mal liderazgo, problemas en la comunicación, las injusticias o la presión laboral, las malas prácticas, fallos en el diseño de puestos de trabajo, pasan a ser empresas toxicas, que se caracterizan por ser disfuncionales, por provocar respuestas de inadaptación, de tensión y de estrés y es cuando afirmamos la existencia de factores de riesgo psicosocial que aafectan negativamente a la salud y el bienestar del trabajador.
Estas empresas se encuentran frente a un gran desafío de revertir esta situación, el problema puede ocurrir por ignorancia o no darle la atención que se merece y no se dan cuenta que no solo afecta la integridad psico física y social de los trabajadores/as, sino la productividad y calidad de la empresa siendo una condena de cierre a mediano o largo plazo.
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