Detectan trabajo esclavo en una de las principales productoras de papa
El Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (Renatea) halló en condiciones laborales de extrema precariedad en una chacra a peones, quienes aseguraron que eran “convocados” por la empresa Cresud, del Grupo IRSA.
En el primer caso, se trata de la propiedad de Ernesto José Ciantini, dueño de la empresa DJC, en la provincia de Córdoba, donde fueron encontrados dos menores de edad y otros 30 trabajadores en condiciones esclavas.
Los peones rurales dormían en una habitación con las ventanas tapiadas, en bolsas de arpillera y plásticas, según el informe del Renatea publicado hoy por el matutino Página/12.
La inspección se realizó junto con el Centro de Acceso a la Justicia de Córdoba, del Ministerio de Justicia de la Nación; y los funcionarios realizaron la denuncia penal por explotación laboral y trabajo infantil.
Entre febrero de 2013 y enero de este año, el Renatea relevó aproximadamente 300 empresas, con una fiscalización de 8.000 trabajadores.
Los peones rurales dormían en una habitación con las ventanas tapiadas, en bolsas de arpillera y plásticas.
En 70 por ciento de los operativos se encontraron niñas, niños y adolescentes trabajando, en clara infracción al artículo 148 bis del Código Penal.
En el otro operativo, en la provincia de Salta, se encontraron a 18 trabajadores en una misma situación de esclavitud, en la empresa Moreno Agrícola Ganadera, y algunos peones denunciaron que fueron “convocados” por la compañía Cresud, del grupo IRSA.
Al igual que sucedió días atrás con el hallazgo de trabajo esclavo en una finca el ex gobernador de Misiones Ramón Puerta, en estos casos es notoria la ausencia de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), que conduce Gerónimo “Momo” Venegas.
Uno de los chicos encontrados en Córdoba, de nombre Emanuel Ceferino Cornejo, de 15 años, explicó a los inspectores del Renatea que su trabajo era el de “cortador de papas para la siembra”, cobraba 7 pesos por cada bolsa de 50 kilogramos y debía permanecer en el predio de 6.30 a 11 y de 15 a 20, en total, nueve horas y media de trabajo.
Una vez realizado el corte de la papa, el joven ingresaba el producto luego de pasarlo por talco, y sin ningún tipo de medida de seguridad sanitaria, en la misma bolsa de 50 kg del que había retirado el tubérculo.
Según Renatea, se trata de “bolsas también prohibidas para este tipo de tareas entre otras causas por las evidentes consecuencias que causan en la columna y riñones de los trabajadores que las manipulan”.
El menor fue restituido a su madre y se procedió a realizar la denuncia por explotación infantil.
Por su parte, los peones vivían en una habitación subdividida por materiales, que tenía el “lugar de descanso” con bolsas de arpillera y plásticas.
En Salta, se fiscalizó un establecimiento de 100 hectáreas, propiedad de Moreno Agrícola Ganadera, y Carmen Liliana, Miguel Arcangel, Wilda Marixel, Waldo Rosario y Angel Antenor, todos de apellido Guerrero.
Según las investigaciones en curso, las autoridades del Renatea están tratando de identificar si todas estas personas actuaban como testaferros de otros empresarios salteños.
En el lugar se hallaron 18 peones, de los cuales ninguno tenía la libreta correspondiente.
De este total, 14 habían llegado de la ciudad de Joaquín V. González, departamento Anta, ubicado a 250 kilómetros de la ciudad de Salta, y lo hicieron a través “de un contacto realizado por ingenieros de la empresa Cresud, trasladados en un vehículo de forma directa”, según consta en el acta de inspección.
Acá también los peones carecían de energía eléctrica, y para calefacción o para preparar alimentos utilizaban fuego de leña.
No contaban con agua corriente, y la que utilizaban para beber era provista por el encargado y depositada en tanques de plástico.
No tenían baños, ni siquiera algún lugar improvisado, como tampoco contaban con un espacio para guardar la comida, por lo que también pudo apreciarse durante el operativo carne en mal estado tendida cual ropa sucia.