Esclavitud, vigente en el siglo XXl
Pese a que hace 201 años fue decretada la abolición de la esclavitud en México, hoy en día muchos ciudadanos sufren nuevas formas de opresión, como la trata de personas y los trabajos forzados.
Según refiere la página web de la Secretaría de Educación Pública (SEP), la esclavitud en México predominó desde antes de la llegada de los españoles, pero en la época de la Colonia tuvo un apogeo.
El 23 de octubre de 1810 Ignacio López Rayón, alumno y secretario particular de Hidalgo, proclamó la abolición de la esclavitud y declaró libre de tributos a los pueblos, sin repercusión alguna.
El primer bando que dictaminaba propiamente la prohibición de esa práctica fue expedido el 6 de diciembre de 1810 por Miguel Hidalgo y Costilla, en el denominado “Decreto contra la esclavitud, las gabelas (impuestos) y el papel sellado”.
En específico el texto presentado con el cura de Dolores, Guanajuato, señalaba que “todos los dueños de esclavos deberán darles la libertad dentro del término de diez días, so pena de muerte”.
Sin embargo este documento tampoco tuvo eco y el Padre de la Patria murió fusilado seis meses después, el 30 de julio de 1811.
José María Morelos y Pavón convocó después a un Congreso Constituyente, que basó muchas de sus resoluciones en los “Sentimientos de la Nación”; el 5 de octubre de 1813 en la ciudad de Chilpancingo el generalísimo declaró ilegal la esclavitud.
En ese texto señalaba: “Porque debe alejarse de la América la esclavitud y todo lo que a ella huela, mando que los intendentes de provincia y demás magistrados velen sobre que se pongan en libertad cuantos esclavos hayan quedado”.
Esa prohibición sería confirmada en la Constitución de Apatzingán, en 1814, en la que es considerada la primera acción de este tipo en el continente americano contra la opresión de las personas por otros.
Actualmente el Artículo 1 de la Constitución Política estipula que “está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes”.
Muchos esfuerzos se han realizado en México y el resto del planeta para salvaguardar los derechos humanos con la creación de leyes, tratados e instituciones que promueven el respeto a la dignidad de cada persona sin importar raza, sexo, edad, condición socioeconómica.
Así, por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas estableció en el artículo 4 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que “nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas”.
Lamentablemente es mucho lo que falta por hacer, pues aún son muchos los que pretenden dominar y ejercer su poder sobre otros, a los que consideran inferiores, a través de trabajos forzosos, tráfico humano y trata de personas, considerados nuevas formas de esclavitud.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en su página en Internet, advierte que “en México cada año miles de personas son víctimas de una nueva forma de esclavitud: la trata de personas”.
Esa violación brutal a la libertad y a la dignidad de los seres humanos, añade, es un problema de orden público mundial vinculado a los flujos migratorios, la pobreza y la delincuencia organizada trasnacional.
“Matrimonios forzados, adopciones ilegales, niños en guerras, esclavitud en los trabajos, acceso carnal involuntario, turismo sexual, secuestro con fines de explotación en países ajenos, tráfico de órganos y tejidos humanos”, son algunas de sus variantes.
También “trabajadoras en el servicio doméstico sometidas por los patrones, hijos forzados a trabajar por sus padres, adultos que obligan a la mendicidad a los niños, son sólo algunas formas que adopta el delito de trata de personas, considerado mundialmente como una forma contemporánea de esclavitud”.
Así se señala en la obra “La legislación penal mexicana en materia de trata de personas y los delitos relacionados”, elaborada por el Programa de Apoyo para Víctimas de Trata de Personas en México (Proteja) de la CNDH, con apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Integral.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha dado a conocer en su página de Internet que aproximadamente 21 millones de hombres, mujeres y niños en todo el mundo son víctimas del trabajo forzoso representado a través de la servidumbre o la prostitución, entre otras funciones.
El organismo internacional revela que de esa cifra, al menos 19 millones son víctimas explotadas por individuos o empresas privadas y 4.5 millones sufren explotación sexual forzosa.
La esclavitud en el siglo XXI se desarrolla a través del trabajo doméstico, la agricultura, la construcción, la manufactura y el entretenimiento, y los más afectados son los migrantes y los indígenas.
La OIT es otro ejemplo de organizaciones que luchan para detener los trabajos forzosos, promover el empleo dentro de los estándares principales y no caer en la mencionada esclavitud o el trabajo forzoso con la promoción de los derechos laborales y el trabajo decente.
Este 5 de octubre se recuerda la abolición de la esclavitud en México con el compromiso y la lucha de autoridades de los tres niveles de gobierno, organizaciones internacionales, regionales, especializadas, públicas y privadas, así como la sociedad en sí misma a defender y respetar a cada persona.
Fuente: www.zocalo.com.mx