El futuro de la movilidad: los autos eléctricos se ponen las pilas
TOKIO.- En Japón, Nissan trabaja en el desarrollo de vehículos eléctricos. Este año introdujo su nuevo sistema, llamado e-Power, en el modelo Note. El sistema parte de la tecnología para vehículos eléctricos – mercado en el que la japonesa produce el Leaf, el auto eléctrico más vendido en la historia, con más de 259.000 unidades entregadas-, con la diferencia de que no necesita recargar la batería. En la nueva tecnología, la fuente de potencia proviene del motor, no sólo de la batería. El vehículo cuenta con un pequeño motor de gasolina para recargar la batería cuando sea necesario, eliminando la necesidad de un cargador externo.
«El generador puede funcionar con nafta, pero genera menos emisiones que el motor tradicional. Además, existe una versión para etanol de caña de azúcar, que absorbe las emisiones que genera, razón por la que se puede decir que ese tipo de auto es de emisiones cero, como si fuera 100 por ciento eléctrico», explica Akihiro Shibuya, gerente general del departamento de sistema de ingeniería de vehículos eléctricos de Nissan. En Japón, cerca del 70% de los vehículos que se vendieron desde su lanzamiento, en noviembre del año pasado, fueron e-Power, pese a que el precio es US$ 2700 más caro que el tradicional. «Consume entre 20 y 30% menos de combustible que el tradicional», justifica Shibuya, quien estima que en 2025 el 25 por ciento del parque automotor será eléctrico, sector que hoy alcanza el 10 por ciento.
Si bien los vehículos eléctricos pueden cargarse en el enchufe de un hogar en ocho horas, uno de los principales escollos para el avance es la infraestructura de las ciudades necesaria para la carga. Europa cuenta con 3000 estaciones de carga, y Japón, con 7000. La autonomía de un auto eléctrico alcanza entre los 170 km y los 200 km. Otro tema es que la diferencia de costo con un modelo tradicional es de entre un 20 y un 30 por ciento. «En los Estados Unidos promedian los US$ 30.000; para bajar el precio es clave reducir el peso de los vehículos», agrega Shibuya.
Otro foco en el que trabaja Nissan es el desarrollo de autos autónomos, una obsesión para la industria automotriz. En Japón ya circula el Serena, el primer modelo para el mercado masivo que incluye el sistema de asistencia al conductor ProPilot, con un monitor de vista periférica y la advertencia de salida de carril, que genera cierta autonomía del conductor.
Este sistema permite que el acelerador, el freno y el volante se controlen sobre la base de información obtenida a través de una cámara que puede reconocer rápidamente y con profundidad tridimensional los vehículos que tiene adelante, así como los marcadores de carril. Por eso, una vez activado, el sistema controla automáticamente la distancia entre el auto y el vehículo que está adelante de acuerdo con la velocidad fijada previamente por el conductor, que puede ser de entre 30 km/h y 100 km/h aproximadamente. El sistema también mantiene centrado el auto en el carril, al identificar los marcadores y controlando el volante, incluso en las curvas. Ésta es la primera etapa de la conducción autónoma, pero no delega la conducción. De hecho, si se quitan las manos del volante, el sistema avisa y hasta puede desconectarse.
Hoy, adquirir un vehículo con este sistema demanda un costo adicional de US$ 1800 al precio de venta del Nissan Serena, que en Japón se ofrece a US$ 27.000. «Planeamos incluir esta tecnología en más autos para los mercados europeo, japonés, chino y estadounidense. Serán diez modelos que la alianza Renault-Nissan presentará antes de 2020», relata Kazuhiro Doi, vicepresidente global de investigación de la alianza Renault-Nissan.
Con el tiempo se permitirá operar vehículos a distancia, descongestionar el tránsito, compartir autos de manera más eficiente y mejorar la gestión de energía. «Hoy, el 93% de los accidentes de tránsito se produce por una falla humana», agrega el ejecutivo de la automotriz que avanza en la integración inteligente que permita que los autos interactúen con la gente, con otros autos y con la infraestructura vial. De a poco, como lo hicieron los teléfonos móviles, los vehículos se conectarán a la vida de las personas y la Internet de las Cosas será clave. En el futuro hasta podrán anticiparse a un bache.
En 2018, el sistema ProPilot permitirá cambiar de carril y en 2020 funcionará dentro de la ciudad. En estos casos los vehículos se comunicarán con la nube para obtener la información. La firma posee un centro de innovación en Silicon Valley con ingenieros de la Nasa para avanzar en este punto, en el que hay que resolver temas como la lectura de los semáforos o la detección de peatones que son «tapados» por algún otro auto.
La estrategia en la Argentina
En el país, el objetivo es convertirse en una de las tres compañías top de la región, en donde hoy tiene un share de 5,7 por ciento. La filial vendió durante el último año fiscal cerca de 11.000 unidades en el país -5,9 por ciento de las ventas en la región-, que representan un 1,4 por ciento de participación de mercado y se ubican en el primer lugar entre las marcas importadoras, en una industria que este año alcanzará las 800.000 unidades. El objetivo para 2017 es aumentar las ventas 40 por ciento gracias al March -el modelo más vendido en el país- y el Versa, que desde enero pasado viene de Brasil.
«Transformamos el modelo de negocio en la región. Las operaciones de Chile y la Argentina se convirtieron en subsidiarias y se anunciaron inversiones», explica Diego Vignati director general de Nissan Argentina. En la planta de Resende se destinaron US$ 242 millones y avanza con el proyecto industrial de US$ 600 millones de inversión con una capacidad de 70.000 vehículos anuales de producción en Córdoba junto a Renault y Mercedes-Benz.
En 2018 planea producir en esa planta la NP300 Frontier. «Trabajamos en el desarrollo de proveedores locales», explica el ejecutivo, que con el lanzamiento del Kicks en el Salón del Automóvil comenzará a competir en el segmento de los SUV compactos, uno de las más peleadas del mercado. «Casi todas las pick ups de la región se están produciendo acá», justifica la apuesta, y finaliza: «Al producir localmente no tendremos las restricciones para importar».
La Nación