El boom de los alimentos saludables
Por ARIANA ACUÑA
Mariano González y Diego Almada son amigos y socios. En Ballester, montaron un vivero para hacer “jugo de pasto”, que extraen de los brotes de trigo tras un largo proceso de cultivo.
Rodeados de plantas, luz y verde, Mariano González (33) y Diego Almada (37), crearon “Luz Vida”, el primer emprendimiento de “wheatgrass”, o “jugo de pasto” del país.
Surgió en 2006 cuando Mariano, vecino de San Martín, comenzó a buscar diferentes alternativas para una alimentación más nutritiva. Pasó de ser vegetariano, a vegano (no comen derivados de animales como huevo o lácteos). Hoy, sólo come “ raw food ” o comida cruda. “La base de esa alimentación es el wheatgrass o los brotes. Así fue que empecé con el vivero de a poco y terminamos formando ‘Luz vida’”, confiesa González.
Mariano es chef vegetariano y trabajó en restorán “Verdellama”, el primero que ofreció “alimentación viva”. Allí, tras descubrir este novedoso tipo de comida, conoció a Diego, su amigo desde hace diez años y el otro encargado de llevar adelante “Luz Vida”. También vegetariano, Diego cuenta que no deja de disfrutar del “típico asadito entre amigos”. Eso sí: el de ellos tiene “morrón con cebollita, huevo con queso, cebollas asadas y después, el mismo ritual que todos”.
Para montar su propio vivero eligieron Chilavert, donde siembran y cosechan su creación. “El proceso de la tierra lleva entre tres y cuatro meses, mientras que la cosecha sólo ocho días, fecha en la cual esta óptimo a nivel nutricional”, explica Mariano. “Además, nuestro cultivo se realiza con una semilla de trigo 100 % orgánica y la tierra en la cual se siembra es estudiada y aprobada por su fertilidad en el INTA de Castelar”, agrega.
Lo más importante que tiene el jugo de pasto de trigo es la clorofila viva que, cuentan, lo hace nutritivo. “Es el ingrediente más importante, por eso se recomienda tomarlo ni bien se lo exprime, porque se oxida rápido y se pueden perder una gran cantidad de propiedades”, explica Diego.
Entre los beneficios que contiene la bebida, cuentan, se destaca que es “antibacteriana” y al crecer en tierras orgánicas “absorbe 92 de los 102 minerales conocidos de la tierra y posee todas las vitaminas A, B, C, D, E, K y betacaroteno”. Además, Mariano y Diego aseguran que “contiene 17 aminoácidos, es antioxidante, remueve los metales pesados del cuerpo, mejora la digestión y reduce la presión sanguínea alta”.
El producto se vende de tres maneras. Por un lado está el pasto cosechado que se recoge el mismo día de la entrega, en bolsitas herméticas para que se pueda guardar en la heladera de siete a diez días y “mantenga las propiedades”. La segunda opción es la bandeja de pasto, que se reparte durante el séptimo día de crecimiento y se debe consumir en los tres días siguientes. Estas dos alternativas requieren de una juguera especial que extrae el jugo de la clorofila.
La última opción es la barrita congelada, que se disuelve en agua o en jugo, y se debe tomar en el momento para aprovechar todas sus propiedades. “Además, quienes quieran cosecharlo en su casa, pueden comprar las semillas en cualquier dietética y hacerlo por cuenta propia. Es un proceso fácil y de corta duración”, indica Mariano, quien también dicta talleres de alimentación y vegetarianismo ya que su objetivo es que la gente coseche y comience a hacer su propia comida.
“Nosotros apuntamos a algo más integrador, a que las personas traten de cambiar sus hábitos de alimentación por algunos más sanos en el día a día”, explica Mariano. “Todos los vecinos nos apoyan y consumen nuestros productos. Estamos muy contentos”, agrega Diego. Para contactarse u obtener más información, se puede ingresar a la página web del proyecto: www.luzvida.com.