Ejemplos de cuidado ambiental

Distintas experiencias para generar energía por fuentes alternativas en Córdoba demuestran que son posibles los emprendimientos para reducir la contaminación.

En varias localidades cordobesas, avanzan proyectos para generar energía por fuentes alternativas.

En La Rancherita, se adoptó el sistema de producción de energía solar a través de paneles de células fotovoltaicas. Por esa vía, esa comuna ya produce el 30 por ciento de lo que consume. El objetivo es llegar pronto al 100 por ciento.

En Huinca Renancó y en Coronel Baigorria, el camino elegido fue el del biogás, lo que implica un tratamiento especial de los residuos orgánicos para que, por descomposición, produzcan gas que es utilizado como fuente de energía. En consecuencia, se atacan a la vez dos problemas: el destino de la basura y la necesidad de electricidad.

A ello, se debe sumar un tercer elemento: el residuo que queda en los biodigestores –el tanque, digamos, donde se descompone la basura orgánica que produce el gas, que luego se transforma en energía– tiene valor como fertilizante, de modo que se usará en los suelos de la zona.

Estamos hablando de pequeñas poblaciones que, en el mejor de los casos, no superan los 10 mil habitantes. Si no fuera por el apoyo del Gobierno provincial o del nacional, tal vez no podrían haber emprendido este camino. Pero, al hacerlo, se han convertido en el ejemplo que deberían seguir otras localidades.

El uso de estas fuentes energéticas alternativas reduce la contaminación ambiental y, por lo tanto, colabora de manera efectiva en el combate del calentamiento climático. Y al demostrar que algo semejante es viable para pequeñas comunidades, se consigue el mejor argumento para su implementación en las grandes ciudades.

Como el uso de residuos orgánicos requiere ?de la clasificación previa de la basura, los materiales inorgánicos se pueden separar y vender, lo que significa una nueva fuente de ingresos para la localidad. Pero, además, ni los unos ni los otros se entierran como antes, de modo que se reducen los costos materiales y los riesgos ambientales implícitos en el tratamiento de la basura.

En Coronel Baigorria y en tan sólo dos años, el basural municipal pasó de ocupar dos hectáreas a menos de la mitad, y aún queda por mejorar el proceso de clasificación de los residuos.

El proyecto de Coronel Baigorria fue premiado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), hace un par de años. Ese aval –aun cuando tenga carácter simbólico– habla de la fortaleza de su diseño.

Luego del frustrado proyecto que impulsó sin solidez alguna la Municipalidad de Córdoba años atrás, durante la gestión de Daniel Giacomino, la ciudad debe aprovechar la experiencia de estos tres emprendimientos para detectar los obstáculos que dificultaron su concreción e imaginar las mejores formas de eliminarlos, de manera que quienes quieran sumarse a esta “ola verde” puedan capitalizar lo ya hecho en otros puntos de nuestra geografía..

La Voz del Interior

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