1° DE MAYO: EL PRIVILEGIO CAPACITISTA EN EL TRABAJO

En el marco de una fecha que celebra a quienes forman parte del mundo del trabajo cabe preguntarse: ¿Quiénes son las personas trabajadoras?, ¿Cómo impacta el entorno laboral en su vida personal?, ¿Qué imágenes mentales nos figuramos cuando pensamos en personas con discapacidad en ambientes de trabajo?

El Día Internacional de las Personas Trabajadoras conmemora la lucha por el trabajo digno, seguro y justamente remunerado, características que permiten el desarrollo de las personas y su integración social, cultural, económica y familiar. Sin embargo, datos de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) reflejan que más del 80% de las personas con discapacidad están desempleadas.

Según la Convención Internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad se las define como aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad en igualdad de condiciones con las demás personas.

En este sentido es importante aclarar que la discapacidad está en el entorno, puesto que con ajustes razonables este puede ser perfectamente funcional para todes, otorgando una experiencia igual o similar a quienes forman parte de un mismo equipo de trabajo.

Por otro lado, esta efeméride es una oportunidad para erradicar el capacitismo en el trabajo, es decir, la forma de discriminación o prejuicio social contra las personas con discapacidad. No obstante, no se debe caer en el cripwashing, que es la utilización de sus derechos como excusa para limpiar la imagen de la organización.

Entonces, ¿Qué medidas pueden tomar las organizaciones que apuestan a la diversidad para incluir a personas con discapacidad en sus espacios de trabajo?

En primer lugar, es importante consultar con ellas y darles lugar a su participación para establecer cuáles son las necesidades y demandas sobre las que se deberá trabajar. Además, la capacitación es fundamental para formar trabajadores/as más sensibles y capaces de valorar la diversidad en su entera variedad y abundancia, contemplando las barreras del entorno y garantizando el apoyo que requieren las personas con discapacidad. En concreto, algunos pasos a seguir podrían ser:

Identificar puestos vacatantes: es necesario detectar una tarea o posición real y no inventar para cumplir con un cupo.

Realizar un analisis ocupacional: reconocer cuáles son las demandas cognitivas, ambientales, sociales y motrices de la tarea.

Búsqueda de perfiles competentes: el personal reclutador debe estar capacitado para realizar entrevistas accesibles para que la experiencia sea positiva para ambas partes.

Capacitar el entorno laboral: es imprescindible darle al equipo de trabajo herramientas que faciliten el proceso de inclusión.

Empleo mediado por apoyo: para que las personas con discapacidad se desempeñen de manera independiente, se requiere del seguimiento de profesionales durante el proceso para mejorar las condiciones del entorno.

Por último, algunas acciones positivas que mejoran el clima laboral, la productividad, la imagen de la empresa y transforman vidas son: trabajar con proveedores que incorporen personas con discapacidad en sus servicios, fomentar la difusión de contenido relevante para la comunidad dentro de la organización, derribar barreras actitudinales y forjar alianzas con organizaciones de sociedad civil.

Además, es conveniente hablar de personas en lugar de priorizar la discapacidad y sus características como el rasgo de identidad, ya que esta nunca debería ser materia de discusión.

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