Denuncian que se ocultó un incidente radioactivo en Santa Cruz
Salió a la luz una denuncia por un incidente radioactivo que tuvo lugar en la usina termoeléctrica de Río Turbio hace cuatro meses, en Santa Cruz, según aseguraron desde la agencia de noticias OPI, de esa provincia.
El periodista Rubén Lasagno relató que en la agencia tuvieron acceso a documentos que corroboran que se produjo un incidente radioactivo “en una máquina que hace radiografías a los metales”. Como consecuencia, “dos operarios, de apellidos Navarro y Gómez, que usaron estos equipos, fueron expuestos a altos niveles de radiación”.
Lasagno agregó que la empresa a cargo “es la firma española Isolux Corsán”. Pero también destacó que “hubo una orden política de no comunicar ni dar ningún tipo de información pública” sobre este incidente ocurrido “el 27 de octubre de 2015”.
A propósito, indicó que “Isolux comunicó el incidente a la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), pero miró para cualquier lado”. Este organismo tiene entre sus funciones, “sostener un nivel apropiado de protección a las personas contra los efectos nocivos de las radiaciones ionizantes” y “mantener un grado razonable de seguridad radiológica y nuclear en las actividades nucleares desarrolladas en la República Argentina”, señala la propia ARN en su página web.
“Consecuencias graves en la salud a largo plazo”
El periodista de OPI Santa Cruz destacó la gravedad de lo sucedido en relación a la salud de los operarios afectados: “En el caso de Navarro, que es un radiólogo con 25 años de experiencia, hubo una exposición a la radiación muy grave. Sufrió principio de ceguera, caída de cabello y esterilidad”.
Luego, aclaró que “los dos obreros contaminados tienen severos daños, con consecuencias en la salud a largo plazo”.
Para profundizar la explicación sobre lo sucedido, explicó: “Si comparamos con el umbral de exposición a la radiación normales en el cuerpo humano, Navarro recibió en dos minutos la cantidad de radiación que se tolera en tres años”.
Finalmente, Lasagno denunció que sobre este incidente “hubo cuatro meses de silencio. Ahora las nuevas autoridades regulatorias nucleares deberán tomar medidas”.
