Crisis Climática: Los Países Insulares Piden Financiamiento Para No Desaparecer
La problemática del aumento del nivel del mar fue uno de los ejes centrales del Diálogo de Alto Nivel sobre Acción Climática en las Américas
La inequidad también es un tema crucial en la crisis climática: aunque el cambio climático golpea a todo el planeta, hay países como Barbados, que podrían directamente desaparecer. Estas desigualdades estuvieron presentes ayer en el Diálogo de Alto Nivel sobre Acción Climática en las Américas, organizado por la Argentina.
“¿Al servicio de quién están estos diálogos multilaterales? En 5 horas un huracán arrasó con la vida de cientos de miles de habitantes de Barbados. Estamos muy decepcionados de que aún con los compromisos asumidos no llegamos a mantenernos por debajo del 1,5°C (de calentamiento). A este paso los países insulares tenemos en claro que muchos dejaremos de existir. Para nosotros ya es una gran urgencia, se debe cumplir el Acuerdo de París”, dijo Mia Amor Mottley, primera ministra de la isla caribeña que se refirió a los daños que causaron los últimos huracanes que azotaron las islas.
Con sus playas de arena, arrecifes y un rico ecosistema costero que atrae a más de 1,1 millones de visitantes al año, el turismo es fundamental para la economía de Barbados; constituye indirectamente un 39% de PIB del país y emplea a un 38% de la fuerza laboral, según datos del BID. Adicionalmente, más del 50% de los habitantes de Barbados viven en la costa o cerca de la costa y un 95% de las plantas y otras infraestructuras relacionadas al turismo también se concentran en estas zonas. Como resultado, el cambio climático y el aumento del nivel del mar pueden afectar considerablemente el desarrollo económico del país.
Y no sólo Barbados teme por su existencia. Las pequeñas naciones insulares repartidas por todo el mundo son las más afectadas por la crisis climática y sus problemas se han incrementado por la pandemia de coronavirus, que ha afectado de forma especial a sus economías y su capacidad de protegerse de la extinción.
La mayoría de las investigaciones indican que los atolones de islas bajas, predominantemente en el Océano Pacífico como Islas Marshall y Kiribati, corren el riesgo de quedar sumergidas a finales de siglo. Además, la inundación de agua salada de los acuíferos de agua dulce significaría que las pequeñas naciones insulares podrían encontrarse en una situación en la que se quedan sin agua dulce mucho antes de quedarse sin tierra.
“¿Qué tiene que cambiar para que nosotros nos salvemos y salvemos al planeta?”, lanzó el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado. “La realidad de la naturaleza está siendo muy clara. Vemos inundaciones, incendios forestales, se derriten los glaciares, hay pérdida de la biodiversidad… Irónicamente este año el gasto militar del mundo volvió a crecer. ¿Dónde está la prioridad del mundo? Nos estamos armando para un conflicto armado cuando nuestra principal amenaza es la supervivencia de nuestra casa común”, afirmó.
En el evento virtual participaron los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; de Colombia, Iván Duque; de Costa Rica, Carlos Alvarado, y de Panamá, Laurentino Cortizo. También estuvieron la primera ministra de Barbados; el enviado especial para el Clima de los Estados Unidos, John Kerry; el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres; la presidenta de la COP 25 y ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt; y el presidente de la COP26, Alok Sharma.
“Estamos decepcionados”, dijo Mottley, pero anunció que busca, para 2030, convertir a Barbados en el primer estado insular libre de combustibles fósiles con el objetivo de contribuir a la lucha contra el cambio climático.
“La meta es llegar a cero. Esto se logra con inversiones, energías renovables y con la transición al uso de vehículos eléctricos”, aseguró. La mandataria detalló que su plan se concretará mediante el Programa ‘The Roofs to Reefs’ (Del techo a los arrecifes), iniciativa que el Gobierno de Barbados ha propuesto integrando asuntos climáticos, política social y resiliencia de infraestructuras a desastres naturales.
Los mensajes de los mandatarios apuntaron a pedir no sólo más ambición a los países con mayores recursos, sino también a contar con financiamiento para poder tomar las medidas de adaptación y mitigación del cambio climático que son necesarias.
Uno de los tópicos a los que se hizo referencia tiene que ver con las deudas externas que los países de América Latina tienen con organismos multilaterales de crédito y con otros países centrales. “No hay una crisis ecológica ajena a la crisis social y ajena a la necesidad de replantear los pilares de la arquitectura financiera internacional. Necesitamos financiamiento y nuevas reglas para que la transición sea justa”, dijo en la inauguración Fernández. El anfitrión pidió incentivos impositivos para actividades y empleos sustentables que contribuyan a construir una economía circular y reducir emisiones de gases invernadero, entre otros objetivos internacionales.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, coincidió con el mandatario argentino en la necesidad de cambios en el sistema de financiación del desarrollo: “Debe ofrecer opciones que vinculen la acción climática con la sostenibilidad de la deuda a fin de crear puestos de trabajo y aliviar las dificultades que genera la deuda”. También Duque pidió soluciones financieras, como establecer un sistema de condonación de deuda por objetivos medioambientales logrados o incluir la sostenibilidad en los criterios de producción.
Para Enrique Maurtua Konstantinidis, experto en cambio climático de Farn, el encuentro dejó un buen balance: “Es importante que los países puedan hablar en conjunto sobre el reclamo de financiamiento de acción climática porque los países que tuvieron responsabilidad nunca pusieron esos fondos. Ahora, eso no puede ser una excusa para no tomar medidas. Uno escucha a países como Argentina o Colombia que hablan de grandes compromisos, de planes de acción que suenan muy bien. Sin embargo, en la práctica eso no ocurre. Argentina es un país G20 y está entre los 25 países más emisores de gases de efecto invernadero, entonces también puede empezar a hacer cosas. El tamaño de su economía no se puede comparar con otros, como los insulares. Es momento de dejar de hablar de hidrógeno verde y ponernos a trabajar para generarlo”.
María Marta Di Paola, del área de investigación de la ONG sostuvo que no han tenido acceso a lo que el cambio de deuda por naturaleza implicaría más allá de los anuncios por representantes del gobierno en los medios de comunicación. “Al momento (18 de agosto de 2021) no existen experiencias internacionales sustantivas para realizar evaluación de la medida, sólo estudios preliminares. Genera preocupación el avance de este tipo de propuestas sin información de público acceso que puedan derivar en menoscabo de la soberanía nacional, y en proceso de monetarización de la Naturaleza”, agregó.
En su intervención, Kerry aseguró que la lucha contra el calentamiento global está en “su década decisiva”, tras los “años perdidos” durante el Gobierno del expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021).
Los líderes de los países organizadores han debatido en el encuentro sobre cómo mejorar la “ambición climática” de cara a la Conferencia de Cambio Climático de la ONU (COP26) 2021, que se celebrará en la ciudad escocesa de Glasgow del 31 de octubre al 12 de noviembre.
Por: Laura Rocha
Infobae