CELESTE ALLO: EL SECRETO PARA PERMANECER

*Por Vanina Silva – Marketing & Publicidad en Provincia ART

Cerrado el mes del trabajador, Riesgo Zero conversó con Celeste Allo, una de las trabajadoras de Provincia ART con mayor antigüedad en la empresa. Testigo privilegiada de la evolución del Sistema de Riesgos del Trabajo, charlamos acerca de los inicios, la evolución y los desafíos del sector a través de su mirada.

Según dice la geometría proyectiva, dos puntos definen una recta, todo par de rectas se cortan en un punto y cuando dos rectas son paralelas, se dice que se cortan en un punto del infinito conocido como punto impropio. La vida adulta de Celeste, la trayectoria de Provincia ART y el crecimiento del sector de riesgos del trabajo, bien podrían ser esas líneas.

Ingresó a la empresa incluso antes que la empresa saliera al mercado, el 5 de junio de 1996: se iba a reglamentar la ley y las aseguradoras se preparaban para levantar sus persianas el 1° de julio. Celeste estaba haciendo el CBC de medicina y se incorporó como recepcionista. Actualmente es jefa de Departamento de Afiliaciones.

“Cuando presenté mi curriculum yo no tenía más que el secundario completo. Me hicieron una entrevista que habrá durado 10 minutos porque no tenía mucho para contar. Pasó el tiempo y cuando pensé que no había quedado, me llamaron 5 días antes para empezar., no se sabía cuánta gente se necesitaba en los sectores y lo más intrigante era quién iba a atender el llamado del primer siniestro”, recuerda.

– ¿Cómo siguió tu recorrido después de ese primer puesto?

– De la recepción pasé a Higiene y Seguridad, lo que hoy es la Gerencia de Prevención. Hacíamos los planes de mejoramiento de las empresas y éramos un grupo pequeño que estaba conformado por no más de 10 de personas.

Actualmente, esa Gerencia está conformada por más de 109 colaboradores entre higienistas, médicos, personal administrativo y analistas. Además de ser el área que acompaña a las más de 100 mil pequeñas y medianas empresas, instituciones y organismos públicos, coordina y diagrama las capacitaciones en prevención, organiza campañas de difusión y realiza las visitas a los establecimientos.

“Después mi camino continuó en el área de prestaciones. Para este momento ya se notaba el crecimiento de la empresa y tuvimos el primer cambio a un edificio más grande, sobre la Avenida Santa Fe, en la Ciudad de Buenos Aires. En este contexto, me llegó la maternidad de Mati, que hoy tiene 24 años”. Celeste recuerda que se tomó la licencia sin excedencia y asegura que cuando volvió, encontró su lugar en Afiliaciones.

– ¿Cómo estaba conformado el equipo en ese momento?

– Era un equipo mucho más grande. Yo estaba como referente de contratos, pero teníamos varios grupos y varios jefes. Era un momento donde absolutamente toda la tarea era manual y ello requería una mayor cantidad de recursos.

Según cuenta, la llegada de la póliza digital, “transformó todo”.

“Si bien en el 2009 tuvimos un cambio importante como fue la resolución 463, que trajo la solicitud web, todo lo que se hacía igual había que imprimirlo y mandarlo.  La llegada de la póliza digital si fue un gran cambio porque nos permitió la despapelización, cambió nuestro trabajo, el sector se achicó y adquirimos nuevas tareas”.

La Póliza Digital es una solución tecnológica cuyo uso obligatorio es para las aseguradoras de riesgos del trabajo e incluso para sus canales comerciales tercerizados y los empleadores. Mediante la misma se reemplazó el procedimiento de afiliación y el contrato de cobertura en soporte papel.

Mientras ocurría esta transformación digital, Allo fue mamá por segunda vez: en esta ocasión, mellizas que hoy tienen 12 años.

– Vos viviste la implementación de todas las herramientas tecnológicas del sector. ¿Cómo observas el impacto de esos cambios?

– Yo viví desde el reemplazo del fax por el mail, hasta la digitalización acelerada que se vivió como producto de la pandemia del COVID-19. Nos fuimos aggiornando a esos cambios siempre a tiempo y veloces gracias al gran trabajo del área de Sistemas, que es propio de la compañía. Lo que pasa también particularmente en el sector de seguros -y más aún en el de ART- es que necesitamos del acompañamiento de la norma: nosotros podemos tener las mejores innovaciones pero si la legislación sigue imponiendo el uso de papel, es muy difícil de implementar.

“Con los años fuimos madurando todos en muchos sentidos, no sólo en lo que respecta a la modernización. En materia de género y gestión, si bien Provincia ART siempre tuvo una diversidad natural, hoy se ve reforzado por la decisión en materia de políticas de Recursos Humanos con diferentes herramientas e instrumentos que ordenan esos avances”.

– Y hablando de los años, ¿por qué crees que permaneciste tanto tiempo en la empresa?

– Ese es un rasgo destacable: se calcula que nuestro promedio de permanencia está alrededor de los 9 años. Es un lugar que brinda previsibilidad, crecimiento y que, si bien es grande, sigue teniendo esos vínculos que capaz son más comunes en pequeñas y medianas empresas de saber a quién recurrir cuando necesitamos algo, de conocernos las caras, de las puertas siempre abiertas. Ese es un valor incalculable en una compañía que aprecia el talento.

En este punto, destaca que, a pesar de ser una empresa monoproducto, las tareas se transforman y se va innovando desde otros espacios, permitiendo la creatividad: “Yo no podría hacer 26 años lo mismo”, sentencia.

– En este tren de cambios, ¿cuáles son los desafíos que crees que depara el futuro?

– A nivel sector económico, la adecuación de tarifas es un tema a resolver. No obstante, creo que lo más importante es la prevención, que sigue siendo un desafío. Si bien la cantidad de personas trabajadoras fallecidas en ocasión de trabajo son cada vez menos, todavía hay un montón de siniestros que se podrían evitar. Necesitamos trabajar más en la cultura aseguradora y entender la prevención no desde la obligación de la ley, sino desde el autocuidado.

El cuidado de la salud y la calidad de vida es lo más importante para todos y creo que es fundamental trabajar en ese sentido.