Argentina se rebela contra el trabajo esclavo

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En la Argentina medio millón de personas viven esclavizadas y 78% de la industria textil posee talleres clandestinos con trabajo esclavo. En el sector agrícola este porcentaje alcanza un 60%. La mafia atraviesa los tres poderes del Estado en todas las jurisdicciones.

Pero gracias a instituciones como la Alameda la situación está cambiando. La designación del cardenal Jorge Mario Bergoglio como Papa de la Iglesia católica también ayudó. El ex arzobispo de Buenos Aires se convirtió los últimos cinco años en un estrecho colaborador y protector de La Alameda.

Los organizadores, como Gustavo Vera, fueron en su busca “en el 2008. Habíamos recibido dieciocho amenazas de muerte”, comenta. El actual Papa se puso manos a la obra y alzó la voz desde el púlpito para denunciar la corrupción y los abusos de poder. “En ocasiones –cuenta Gustavo- daba refugió en la iglesia a víctimas con riesgo de vida”. Bergoglio, al que llamaban “Cardenal porque estábamos seguros de que llegaría a ser Papa, se entrevistó con cerca de ochenta víctimas, lloró con ellas. Estaba muy identificado con este problema”, asegura Vera.

En Río Gallegos, provincia de Santa Cruz y feudo histórico de la familia Kirchner, destaparon treinta y tres burdeles que forman parte de redes “narco-prostibularias”, como las denominan ellos. La cifra se duplica con creces hasta redondearse en 70 si hablamos de Mar del Plata y la serie continúa hasta 613 al llegar –en el año 2009- a la capital de Argentina.

En la principal ciudad del país descubrieron que aquellos apartamentos donde se ejercían la prostitución, pertenecían al juez de la Corte Suprema, Raúl Zaffaroni, “en ese momento no lo sabíamos”, recuerda Gustavo Vera que, como buena parte de Argentina, no salía del asombró cuando confirmó lo que era evidente. A renglón seguido lamenta que al magistrado, pese a todo, se ha convertido, “En el paladín de los derechos humanos para el Gobierno”. Lo dice antes de recordar que Zaffaroni, juez garantista de enorme proyección internacional, redactó “el código penal para la dictadura” y trabajó como magistrado en los sucesivos regímenes militares que terminan en 1983. Son solo algunos ejemplos de cómo el poder y las mafias van de la mano en la Argentina.

Congreso contra la trata y el crimen

 

Esta semana se llevó a cabo en Buenos Aires, el Congreso contra la trata y el crimen organizado: “Por una Argentina sin mafias”. Especialistas judiciales, políticos, sindicales, religiosos y de organizaciones sociales tanto nacionales e internacionales debatieron durante tres días diagnósticos y políticas públicas para combatir al crimen organizado, rescatar y reinsertar a las víctimas y avanzar hacia un país libre de mafias, esclavitud y exclusión.

En el panel disertaron los referentes internacionales Antonio Dell’ Olio, coordinador del área internacional la Red Antimafia Italiana Libera, Xavier Jean Marie Plassat, coordinador en Brasil de la Campaña Nacional de la Comisión Pastoral de la Tierra (CTP) contra el trabajo esclavo, representante de CPT en la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Esclavo (CONATRAE); León Valencia, Director de la ONG Nuevo Arco Iris (Colombia), un ex guerrillero hoy militando contra los narcos; Doris Lee, militante de Derechos Humanos y coordinadora de la marca global y libre de trabajo esclavo No Chains en el sudeste asiático(Hong Kong); Moisés Matto Lopéz, miembro fundador de la Plataforma “A desalambrar” (España).

Lee se refirió a la situación de esclavitud doméstica en Hong Kong y la región. Valencia detalló que en 30 años de conflicto armado en Colombia hubo 801.000 homicidios. Matto López denunció la construcción de un nuevo casino que convertirá a España en el “foco del juego y prostitución de Europa”. Asimismo, precisó: “Hace 3000 años, el valor de un esclavo estaba entre los 20.000 y 80.000 dólares cuando en la actualidad vale la décima parte”, reflejando la evolución de este “proceso mafioso”. Dell’ Olio cerró el panel refiriéndose al comportamiento de numerosas multinacionales “que no respetan los derechos de los trabajadores o le piden respaldo al crimen organizado”.

Medidas conjuntas, organizaciones, congresos y hasta el mismo Papa denunciando el trabajo esclavo, hacen que cada vez sea más complicado que las autoridades argentinas miren para otro lado.

 

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