Al menos 70.000 paraguayos son víctimas de explotación laboral en São Paulo
Brasil registra una alta tasa de inmigrantes que va acompañada de su crecimiento económico, esta situación ocasiona la explotación laboral de al menos 70.000 paraguayos en el estado de São Paulo. La mayoría trabaja en talleres de costura ilegales en lamentables condiciones de salubridad.
La creciente demanda de mano de obra en Brasil ha expuesto a inmigrantes de varias nacionalidades a condiciones de trabajo análogas a la esclavitud, contraer grandes deudas con los empleadores, hacer largas jornadas de trabajos forzados y padecer condiciones laborales degradantes, indica la BBC Mundo.
En este sentido se estima que cerca de 300.000 bolivianos, 70.000 paraguayos y 45.000 peruanos viven en la región metropolitana de São Paulo, la mayoría trabajando en condiciones similares a la esclavitud, según el coordinador del programa de Erradicación del Trabajo Esclavo, un ente asociado al Ministerio de Trabajo y Empleo (MTE), Renato Bignami.
Al menos 128 bolivianos y un peruano fueron rescatados de talleres de costuras ilegales, mientras que 80 paraguayos fueron encontrados en dos haciendas del estado de Paraná, al suroeste de Brasil, en dos operaciones desarrolladas desde octubre del año pasado.
A estas víctimas se suman personas de Bangladés, China y Haití, explotados en talleres de costura, obras de construcción y pastelerías en condiciones de trabajo humillantes, inclusive algunos llegaron a sufrir agresiones físicas.
No obstante para Luiz Machado, coordinador Nacional del Programa de Combate al Trabajo Forzado y el Tráfico de Personas de la Organización Internacional del Trabalho (OIT), el número de extranjeros rescatados no ilustra la realidad porque los trabajadores tienen miedo de ser encontrados. “Sólo es la punta del iceberg”, afirma.
Las inspecciones realizadas en los talleres de costura exponen un escenario degradante. Los inmigrantes trabajan hasta 16 horas diarias, de lunes a sábado, amontonados en salas claustrofóbicas.
Comparten pequeños alojamientos improvisados instalados junto a los talleres, sin las condiciones adecuadas de higiene y ganan cerca de 300 reales mensuales (unos USD 150), sobre los cuales son aplicados descuentos relativos a los gastos de alimentación, residencia y por el viaje hecho a Brasil.
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