Adiós a un clásico: desde 2017, no habrá más bolsas de plástico en los súper porteños
El cambio ya tiene fecha y, por supuesto, hay polémica. A partir del 1° de enero, los hipermercados, supermercados y autoservicios de la Ciudad no podrán entregar más bolsas plásticas livianas tipo camiseta (las que tienen dos manijas) y los clientes deberán optar por alternativas reutilizables. La Asociación de Supermercados Unidos (ASU) considera que la medida es “precipitada” y desde Ecoplas, la Entidad técnica profesional especializada en plásticos y medio ambiente, advierten su preocupación por el impacto que puede tener en la Industria Plástica.
La Resolución 341/16/APRA fue firmada el miércoles y el lunes estará publicada en el Boletín Oficial. “Tiene que ver con reducir la contaminación en la Ciudad, disminuir el riesgo de inundaciones y evitar el daño a la flora y la fauna. Tenemos que acostumbrarnos a usar nuestras propias bolsas reutilizables y desde la Ciudad vamos a acompañar a los vecinos para que implementen este cambio cultural”, explica Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público porteño.
A partir de la semana que viene y hasta fin de año, el Gobierno repartirá un millón de bolsas reutilizables en puntos de alto tránsito y centros de consumo, similares a las que ya se entregan en las Ferias Itinerantes de Abastecimiento Barrial. “En noviembre empieza una campaña muy fuerte de concientización en medios y redes sociales”, anticipan desde el Ministerio.
Desde que entró en vigencia la Ley que obligaba a reemplazar las bolsas de polietileno y polipropileno, hace cuatro años, la cantidad de bolsas utilizadas se redujo a, por lo menos, la mitad. En la actualidad se entregan más de 500 millones al año entre hipermercados, supermercados y autoservicios. ¿Qué representa esa cantidad? Un sendero de 275.000 kilómetros.
Las bolsas de plástico tienen un promedio de 15 minutos de uso y tardan 150 años en descomponerse. Desde las organizaciones ambientales estiman que en el mundo se usan un trillón de bolsas al año, que para utilizarlas se consumen millones de barriles de petróleo (además de agua y energía) y que se recicla menos del 5% porque es más caro que producir nuevas.
Pero no es el único problema. Cuando las bolsas no se desechan correctamente, vuelan con facilidad y afectan cursos de agua y espacios verdes. Se calcula que hay unas 20 mil bolsas en cada kilómetro de los océanos del mundo: un porcentaje se acumula en el fondo y el resto pone en riesgo la vida de unos 100 mil mamíferos marinos al año. También generan inconvenientes de infraestructura en la Ciudad. De hecho, un tercio de los residuos recolectados durante la limpieza de los arroyos entubados son bolsas plásticas. El material se acumula y forma diques que obstaculizan el escurrimiento de los pluviales aliviadores, lo que favorece los anegamientos.
En provincias como Chubut, Río Negro y Neuquén y municipios como Pinamar, Bariloche, Yerba Buena y Rosario ya se están aplicando medidas de este tipo. Y en la Provincia de Buenos Aires también comenzaron a cobrar las bolsas. Una encuesta realizada en julio por el Gobierno porteño indica que el 63% de los vecinos ya utilizan changuito o bolsa reutilizable, y que casi un 80% de los que siguen con las de plástico dicen estar muy o bastante dispuestos a implementar el cambio.
“No es que estemos en contra de las bolsas reutilizables, pero nos parece precipitado para una Ciudad como Buenos Aires. Es muy poco tiempo para generar la concientización necesaria para que no se genere un cortocircuito el 2 de enero”, advirtió Juan Vasco Martínez, director ejecutivo de ASU. Y agregó: “Además nos parece inoportuno en este momento, porque va a tener una fuerte incidencia en la pérdida de producción de la industria del plástico”.
En esa misma línea se manifestaron desde Ecoplas. “La mejor opción no es la prohibición, sino el consumo racional, reutilización y reciclado de las bolsas plásticas”, indicaron en un comunicado. “La eliminación va a afectar a los ciudadanos que no podrán tener más bolsas de los residuos y deberán comprar otras que son más caras. Por otro lado, esta medida tendrá un fuerte impacto negativo en el sector plástico fundamentalmente PyME, que afectará a las más de 500 empresas radicadas en la Ciudad y alrededores, que emplean a unos 12 mil trabajadores”, apuntaron.
Fuente: Clarin