Alerta: Advierten Que Por El Cambio Climático, Una De Cada Cinco Especies Se Encuentra En Peligro De Extinción
En 2016 el roedor Melomys rubicola de Cayo Bramble fue oficialmente declarado como el primer mamífero en extinguirse como consecuencia directa del cambio climático, algo impensado años atrás. Actualmente son varias las especies que se encuentran en riesgo por este motivo y la pérdida de la biodiversidad es una amenaza latente. En promedio, un 68% de las especies han sufrido una disminución de sus poblaciones en los últimos 50 años.
Así surge de la actualización del Índice Planeta Vivo (IPV), a partir del estudio sobre casi 21.000 poblaciones de 4879 de especies de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces, publicado en una nueva edición del informe del mismo nombre, que es elaborado cada dos años por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés). En el relevamiento se hace un diagnóstico del estado de la biodiversidad en el mundo. En esta edición se pone el foco sobre las consecuencias que podría tener el cambio climático en acentuar esta problemática.
Si bien hasta el momento el cambio del uso de los suelos (en su mayoría, asociado al cultivo) fue el principal motivo que impulsó la pérdida de biodiversidad, se prevé que el cambio climático tendrá un impacto igual o incluso mayor sobre la fauna y la flora. Actualmente, el IPV advierte que una de cada cinco especies se encuentra en peligro de extinción como consecuencia del fenómeno.
“El cambio climático implica aumentos de temperatura, de lluvias, cambios en los eventos extremos, olas de calor, sequías e inundaciones y eso modifica el hábitat de las especies, cómo se distribuyen, su fenología, la dinámica de las poblaciones, las funciones de los ecosistemas. Todos estos cambios que surgen como consecuencia de cambios en el clima implican que las especies se tienen que adaptar y algunas tienen un ritmo de adaptación que es más lento que los cambios que se están produciendo. Esto hace que aumente el riesgo de extinción”, explica Inés Camilloni, climatóloga investigadora del Conicet y coautora del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
Y agrega: “Estos cambios que hay en las especies como consecuencia del cambio climático también interactúan indirectamente con el propio clima, porque afectan la capacidad que tienen los sistemas de secuestrar carbono”.
“Estamos frente a lo que se conoce como la sexta extinción masiva en la historia, pero a este ritmo la naturaleza no tiene forma de adaptarse y, con una menor base de biodiversidad, disminuyen los servicios ecosistémicos, peligra su salud y la nuestra”, explica Manuel Jaramillo, director Ejecutivo de Vida Silvestre, sede local de la WWF.
Según el informe, desde la revolución industrial, los humanos hemos alterado un 75% de la superficie terrestre no cubierta de hielo. Sin embargo, los últimos 50 años, han sido los peores: la explosión del consumo y el comercio a nivel global, junto con el crecimiento de la población, actuaron en detrimento de la “estabilidad de los ecosistemas de la Tierra de los que dependemos”. Hasta 1970, “nuestra huella ecológica global era menor que el ritmo de regeneración de la Tierra, pero los excesos actuales están deteriorando gravemente la salud del planeta y, con ella, las propias perspectivas de la humanidad”.
La pérdida no es igual en todas las regiones y ecosistemas
La disminución de la población de animales que mide el IPV no es igual en todos los continentes. La delantera la lleva América Latina y el Caribe donde se redujo la cantidad de individuos del 94% de las especies estudiadas. Le siguen África (65%), Asia y Oceanía (45%), América del Norte (33%) y Europa y norte de Asia (24%).
“América Latina y el Caribe atravesaron procesos de constante colonización y como el IPV analiza los últimos 50 años, es posible que esta reducción poblacional ya se haya dado en América del Norte y Europa con anterioridad. Entonces, se ve que pierden menos porque tienen menos que perder”, explica Jaramillo en diálogo con LA NACION.
Las causas son comunes a todas las regiones: la alteración de los hábitats naturales de diferentes especies como praderas, sabanas, bosques y humedales; su sobreexplotación; el cambio climático y la introducción de especies exóticas.
Según el informe, dado que casi el 85% de los humedales a nivel mundial han sido destruidos, la población de los animales de agua dulce está disminuyendo más rápido que la de mares o los bosques. Las 3471 poblaciones de agua dulce (lo que representa 944 especies) estudiadas por el IPV han disminuido en promedio un 84%, es decir el equivalente a un 4% por año desde 1970.
Cambiar la tendencia y doblar la curva
“Sin dudas el principal desafío de la humanidad es revertir la curva de pérdida de biodiversidad y es posible hacerlo. Incluso algunos países ya están dando pasos significativos en esa dirección”, sostiene Jaramillo. Para ello los investigadores del Informe Planeta Vivo (2020) sostienen que se necesita un conjunto de acciones colectivas que implican, aumentar la conservación, la extensión y creación de las áreas protegidas. Además de incrementar la sustentabilidad a la hora de producir y comerciar alimentos.Y fomentar un consumo más sostenible en donde menos alimentos sean desperdiciados y se reduzca el consumo de carne en aquellos países donde es elevado.
Aclaración de la WWF: “El Índice Planeta Vivo (IPV) hace un seguimiento de la abundancia de las casi 21.000 poblaciones de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios en todo el planeta. Para construir este indicador se han utilizado grupos de datos de poblaciones silvestres. El IPV recoge estas tendencias poblacionales para calcular sus cambios porcentuales medios en términos de abundancia desde 1970. El índice de este año incluye a casi 400 especies nuevas y 4870 nuevas poblaciones. Desde la publicación del último Índice Planeta Vivo en 2018, el número de especies incluidas ha aumentado en la mayoría de las regiones y grupos taxonómicos, especialmente en el caso de los anfibios. En la actualidad, el IPV solo recopila datos de especies de vertebrados, pues históricamente han recibido un mayor seguimiento, pero estamos llevando a cabo importantes esfuerzos para incorporar datos sobre especies de invertebrados a medida que intentamos ampliar nuestros conocimientos sobre los cambios en las poblaciones silvestres”.Por: Natalia Louzau
La Nación