Un olavarriense en el debate mundial sobre impacto ambiental
El ingeniero Fabián Irassar representó a toda América Latina junto a un brasileño y un cubano. Profesionales de todo el mundo participaron del debate sobre construcción sustentable.
Los especialistas fueron invitados por el Programa de la ONU para la Protección del Medioambiente y Construcción Sustentable e Iniciativa Climática (UNEP – SBCI), para trabajar en un proyecto de «Estrategias innovativas para la Industria de Materiales de base cementicia Eco-eficientes de Baja Emisión de CO2». Este ambicioso proyecto avanzará en un desarrollo tecnológico integral de la industria cementera que disminuya los índices de daño ambiental.
Dar una respuesta al déficit habitacional que plantea el avanzado crecimiento demográfico se ha convertido en los últimos años en un gran desafío para las naciones de todo el mundo y al parecer, el futuro de la construcción está en la optimización del proceso. Una mayor eficiencia energética, costos de producción más bajos y obras que duren siglos, deben desarrollarse con el menor impacto posible sobre el medio ambiente. En eso trabaja un comité internacional de 15 expertos que se reunieron días atrás en Paris, Francia, entre los que se encuentra el investigador de la Facultad de Ingeniería, Fabián Irassar.
Los avances alcanzados en la Facultad de Ingeniería por el grupo de Investigación en Materiales al que pertenece Irassar, tanto sobre elaboración de cemento a partir de residuos cerámicos (en colaboración con especialistas de República Checa), como los avances en el campo del uso de las arcillas calcinadas y el estudio de coeficiencias de los materiales, han ubicado a la institución académica en las líneas de desarrollo que plantea la construccion ingeniería civil a nivel mundial.
«La iniciativa busca analizar estrategias a nivel mundial, para que todos puedan tener un hábitat razonable sin que la contaminación nos haga explotar, sobre todo la que produce la industria de base cementicia», explicó el docente de la Facultad de Ingeniería de Olavarría. De acuerdo a lo expuesto por Irassar, las emisiones de Dióxido de Carbono que genera esta producción representa casi el 6% mundial, cifra que el equipo de trabajo convocado por las Naciones Unidas intentará reducir.
Para llegar a un plan de desarrollo tecnológico y aplicación viable que atraiga el financiamiento empresarial y estatal, se diseñará un proyecto que contemple todas las realidades. El primer paso es confeccionar un mapa mundial «porque hay líneas desarrolladas pero no pueden aplicarse en ciertos lugares por falta de tecnología, capacitación, y cuestiones socioculturales, que no son fácil de atravesar», adelantó el especialista olavarriense, que formó parte de la comitiva que se reunió en Paris junto a profesionales de India, China, Brasil, Suiza, Francia, Estados Unidos y Alemania.
«En este sentido, el apoyo económico servirá para hacer las transferencias adecuadas utilizando los materiales locales, una de las cuestiones centrales del proyecto: el desarrollo de cada región», remarcó. «Los países desarrollados tal vez estén más avanzados pero no podemos replicar su tecnología porque sin duda tendríamos serios inconvenientes desde el punto de vista de las emisiones. En el caso de China, que es el productor del 53% de la producción mundial de cemento, el desarrollo ha sido a un costo de contaminación muy grande, porque se dio en una época donde esto no se tenía muy en cuenta», indicó Irassar.
El hecho de poder construir con cementos más sustentables ya es una realidad, y particularmente en la zona de Olavarría, las arcillas calcinadas parecen ser la clave. «Nosotros tenemos un volumen muy grande de este material que desperdiciamos para sacar la caliza», explicó Irassar. «También hemos considerado encontrar un uso de las moliendas y los desechos de la industria de la construcción y demolición» contó sobre algunas iniciativas del grupo de investigación de materiales de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN.
Otro enfoque que resultaría muy interesante para las regiones agropecuarias de Latinoamérica está relacionado con la utilización de las cenizas que produce la industria agrícola en producciones como la caña de azúcar y el arroz. «Pero sin esas producciones a nivel industrial, no hay residuos para reutilizar», delimitó el ingeniero.
Pero los materiales no serán los únicos que sufrirán una transformación en caso de que las estrategias innovadoras que promueve la ONU lleguen a aplicarse, porque el cambio supone además discusiones que ya se está dando en las instituciones educativas y compañías de construcción. «Nosotros tenemos una idea un tanto consumista de que una casa dura unos 30 años y después es fea, hay que cambiarla. Pero en realidad tendrían que durar 200, 300 años como lo hacen en gran parte de Europa», expresó Fabián Irassar. «También se está avanzando en el consumo energético que debe tener una vivienda para que sea confortable. Es decir, cuánta energía tengo que usar en los edificios para mantenerlos refrigerados, a una temperatura razonable o en términos de iluminación. En la ingeniería civil estamos tratando de impulsar ese pensamiento para que vaya cambiando la lógica de la construcción», sostuvo.
Si bien el encuentro en la sede de Paris del Programa de las Naciones Unidas para la Protección del Medioambiente se constituyó como el primer acercamiento, el proyecto ya tiene programado las próximas reuniones del comité internacional. Así, en octubre se reunirá en Beijing, China, y en junio del 2016 en Brasil. Allí esperan tener un documento final para comenzar a buscar el financiamiento que desate una mayor sustentabilidad en el campo de la construcción.
El hecho de que el ingeniero olavarriense haya sido invitado a formar parte de este proyecto internacional no sólo habla a las claras de la trayectoria profesional que lo expone como referente nacional y latinoamericano, sino también de la pertinencia mundial de las investigaciones que se gestan en la universidad pública argentina.
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