Explosión en la refinería NAO de Plaza Huincul: el juicio será en 2024
En la madrugada del 22 de septiembre de 2022 se escuchó un zumbido al que le siguió una fuerte explosión y un fogonazo que iluminó el cielo, no sólo en la destilería de New American Oil –NAO- sino que también a varios kilómetros a la redonda de Plaza Huincul.
El incendio del tanque 205 truncó la vida de tres operarios: Gonzalo Molina, Fernando Jara y Víctor “Vitoco” Herrera. Dejó herido a Juan Pablo Narambuena, el vigilador. A un año de ese hecho, las familias de las víctimas esperan la respuesta de la justicia, mientras procuran mantener vivo el recuerdo todos los meses, con marchas y actividades.
Esa madrugada los operarios del turno noche de la empresa NAO, dedicada a la producción de derivados de hidrocarburos, entre ellos el petróleo reconstruido (RECON), estaban en plena tarea.
El tanque en cuestión tenía carga de fueloil –en un 60 % de su capacidad– desde hacía dos días. A esa carga se le agregó un 40 % de “solvente ultraliviano”, aunque según la planteó la fiscalía que lleva adelante la investigación, no se respetó el tiempo de enfriamiento requerido para el fueloil. La carga debía recircularse.
“Esa tarea de recirculación seguramente la intentaron hacer las víctimas”, esa madrugada fatal, según explicó durante la formulación de cargos la fiscal jefa de Zapala, Sandra González Taboada.
La descripción de la maniobra provoca como mínimo escalofríos.
“Cuando se ordenaba la recirculación se colocaba un trapo en la boca de medición y un ladrillo para amortiguar el golpeteo que realizaba la tapa al subir y bajar, por la acción de la presión interna generada por los vapores de los fluidos a calentarse por el simple cambio de energía”, manifestó la fiscal. Esta tarea es la que efectuaban tanto estos tres operarios como el resto en los tres turnos rotativos.
Sin embargo, la red contraincendios que fue definida como “precaria y artesanal” y la suma de todas las negligencias provocó el escape, deflagración, la explosión e incendio. Fue todo tan inmenso que el vigilador alcanzó a salir de su garita aunque sufrió heridas. Los choferes que esperaban en sus camiones el ingreso para cargar dos horas después huyeron también.
Ese día se paralizó la actividad en la comarca petrolera, pero principalmente en la vida de las familias de los tres operarios que murieron.
A un año del incendio, hoy es otro el aspecto de la refinería desde el exterior. Tras el portón de acceso se observa que toda la zona de producción, donde estaban los tanques, incluido el 205 que explotó, está renovada. De hecho, hay operarios trabajando en las estructuras.
La garita de ingreso y el acceso de los vehículos fueron reconstruidos también.
En la vereda hacia la calle de acceso, todo el sector -de tierra- se encuentra compactado y alisado para permitir el estacionamiento de los autos y camionetas. Lo mismo ocurre frente al ingreso, al cruzar la calle de tierra donde hace un año atrás esperaban los camiones para cargar combustible y hasta donde alcanzó el fuego. El área está totalmente acondicionada.
La causa judicial
La fiscalía y las querellas tratarán de probar durante el juicio, previsto para 2024, el sinnúmero de irregularidades en el funcionamiento de la destilería.
“Para nosotros es todavía un año sin justicia, porque más allá de la imputación de cargos tratamos de respetar los tiempos de la justicia, pero realmente es un año sin justicia todavía”, dijo Emmanuel Jara, el hermano de Fernando.
Resaltó que la empresa, que se consideraba “una gran familia”, a excepción del día de la explosión que se acercó un representante, nunca más mantuvo contacto con las familias. “Sigue operativamente trabajando como si nada, con total impunidad, toda la parte administrativa”, aclaró.
Las hijas de Herrera describieron que la comunidad “como siempre, nos acompaña”, a diferencia de lo que ocurrió con la empresa, los municipios y el sindicato petrolero. Laura, Valeria y Carolina explicaron que el hecho de que las tres familias estén unidas, a pesar de la distancia, les permite atravesar esta primera etapa del duelo.
“Uno lo va canalizando el dolor o aminorándolo, pero no significa que no nos duela”, dijeron . Aseguraron que este incendio debe ser un punto de inflexión en la industria hidrocarburífera y que “mantengamos la memoria colectiva” de lo ocurrido.
Laura Herrera habló con RÍO NEGRO RADIO y dijo: “queremos un poco de justicia, pasamos un año y seguimos sin justicia. Queremos que sea un ejemplo para todas las empresas que, si no ponen seguridad, el trabajador pierde la vida”.
Respecto al juicio desea que “paguen los dueños de la empresa» pero aclaró: «sabemos que es muy difícil llegar a eso, por lo menos (que paguen) los que no hicieron nada para evitar esta tragedia”.
También aspira a que “no vuelva a pasar nunca más” una tragedia como la que se vivió en Plaza Huincul y que «cualquier empresa y principalmente esta – que no tenía nada de seguridad – logre un poco de seguridad para que el trabajo sea digno y que sus trabajadores vuelvan a sus casas”.
Por último, se refirió a la poca compañía y contención que recibieron: “ni el gremio, ni el municipio, ni la empresa, todos ausentes”. Y puntualmente del Sindicato dePetróleo y Gas Privado dijo: “ellos pensaron que con 24 horas de paro de actividades era todo” y exigió que estas muertes no se normalicen.
En tanto, la causa judicial iniciada continúa. El fiscal jefe de Cutral Co, Gastón Liotard, señaló que la causa fue declarada compleja.
Están acusadas siete personas en total. El gerente general de NAO con sede en Buenos Aires, Rodrigo Germán Arias; y el jefe de producción Ángel Fabián Obreque se les endilga el delito de estrago culposo agravado, en calidad de autores.
El jefe de planta, Guido Torti; jefe de mantenimiento Silvio Saibene; responsable de seguridad e higiene, Gimena Brillo; Natalia González, de seguridad e higiene; y el auditor externo de la empresa NAO, Alfredo Eduardo Novaro fueron imputados como autores de estrago doloso agravado por el resultado muerte.
“Tenemos los elementos suficientes como para hacer el control de acusación (la audiencia previa al juicio) el primer trimestre de 2024”, afirmó Liotard a Río Negro.
De mantenerse estos plazos, estima que para mayo o junio del año próximo se podría tener la fecha del juicio, que será con un tribunal colegiado.
Sobre la explosión que resultó fatal para los tres operarios el fiscal planteó: “Todo esto es la consecuencia final de un sinnúmero de actos de desidia e irregularidad”.
Hoy las familias de las víctimas realizarán un toque de sirena de los cuarteles de bomberos de Cutral Co y de Plaza Huincul, al mediodía. Se concentrarán en la plaza de las Banderas “para recibir el abrazo que siempre nos da la comunidad”.
A las 18 está prevista la marcha desde la plaza San Martín (en Cutral Co) hasta la plazoleta del Reloj, en el límite con Plaza Huincul. El sábado habrá una muestra fotográfica en con el registro fotográfico de ese día, en la sala de Dioramas, y que quedará durante una semana.
«Es una tarea de hormiga, muy minuciosa»
Horas de conversaciones telefónicas, decenas de computadoras, miles de correos electrónicos forman parte de la voluminosa prueba que la investigación fiscal reunió hasta el momento. Los análisis y peritajes a los que están abocados los técnicos informáticos y los peritos especializados en seguridad e higiene, más los químicos, fueron incorporados con el objetivo de descifrar las responsabilidades de lo ocurrido el 22 de septiembre de 2022.
Los allanamientos efectuados en la propia refinería, en Challacó y en la base central de New American Oil -NAO- en Buenos Aires, durante la primera etapa de la investigación fiscal permitió recolectar numerosa cantidad de documentación.
El fiscal jefe, Gastón Liotard, explicó que cuentan con peritos en explosiones, ingenieros químicos y en seguridad, en informática y bomberos.
“Es una tarea de hormiga, muy minuciosa. Sin embargo, está muy avanzada la investigación y creemos que tenemos elementos suficientes como para el primer trimestre de 2024 hacer la acusación”, dijo Liotard.
El titular de la fiscalía -quien trabaja junto a la fiscal del caso, Ana María Mathieu- especificó que la explosión que terminó con la muerte de tres operarios y las lesiones en un vigilador fue como consecuencia de “yerros, negligencia o desidia en más de un tema”.
Aportó que la explosión del tanque tiene por detrás “un precario sistema eléctrico, de control, de seguridad. Todo eso es la consecuencia inicial de un sinnúmero de actos de desidia e irregularidad”.
Y que los siete imputados llegarán a juicio y allí se resolverá. “La fiscalía pretende penas que serán de cumplimiento efectivo, en el caso que luego del juicio se los encuentre responsables”, concluyó.
Por parte de la familia de Fernando Jara, el abogado querellante Mario Jordán Díaz, evaluó que la causa avanza en los términos esperados.
“Estamos bastante satisfechos. Hay un cúmulo de prueba muy voluminosa, técnica, muchas pericias e información guardada en medios tecnológicos”, agregó.
Hasta el momento, toda la información requerida fue suministrada. El abogado indicó que en un determinado momento, hubo “cierta burocracia para solicitar información en determinados entes, pero finalmente esa información llegó”.
A la familia Herrera la representan los abogados Gabriel Contreras, Joaquín Imaz y Laila Salazar.
«Las marchas son para que esto no vuelva a pasar»
Las familias Herrera, Molina y Jara se mantienen juntas en el reclamo de justicia y en las actividades que, de un día para otro, se vieron envueltas a hacer. Cada mes, desde aquel 22 de septiembre del año pasado, se los observa en marchas, radios abiertas, bocinazos y panfleteadas. Todo con los rostros de Fernando, Gonzalo y Víctor.
Cada uno de ellos recuerda hoy, exactamente qué hacía cuando les avisaron del incendio en el que sus familiares murieron. Emmanuel es hermano de Fer y estaba dando clases en la escuela de Rincón de los Sauces, donde vive cuando recibió el llamado. Recuerda que llegaba a Plaza Huincul y “todavía se veían las columnas de humo” de la refinería NAO. “No lo habían apagado y nuestros familiares estaban ahí”, dijo.
Una de las hijas de “Vitoco” como le decían a Herrera, comentó: “el último día que mi papá trabajó también fue mi último día. No pude volver a trabajar”.
“Fue todo tan violento. Se fueron a trabajar y no volvieron. Pero no volvieron porque hubo personas que no hicieron lo que tenían que hacer. O sea, hoy vemos que los dueños de la empresa no están acusados de nada, ellos obviamente tienen esa habilidad de que no les va a caer la responsabilidad”, dijo una de las hijas.