Advierten sobre el impacto de los biocombustibles

Investigadores admiten que desmontar o reemplazar pastizales o lotes agrícolas por cultivos energéticos podría acarrear graves perjuicios para el ambiente y las personas.
La comunidad internacional le ha prestado una atención prioritaria al calentamiento global y a su causa principal: la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). En este sentido, el uso de biocombustibles en lugar de combustibles fósiles parecería ser ventajoso, pero el desmonte, la tala y quema de bosques o el reemplazo de pastizales naturales o de cultivos agrícolas para implantar cultivos energéticos tendría consecuencias ambientales de importancia.

Esta observación la realizó Santiago Verón, profesor del Departamento de Métodos Cuantitativos y Sistemas de Información de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba). “Actualmente existe un gran debate en la comunidad científica acerca de los efectos colaterales que surgen de la implantación de cultivos energéticos. Se los llama cambios indirectos en el uso del suelo (ILUC es su sigla en inglés). No es que los cambios estén motivados directamente por estos cultivos, sino porque al ser implantados, reemplazan actividades productivas o las desplazan a otros ecosistemas que no estaban dominados por el hombre, como pastizales, montes y bosques”, sostuvo el investigador.

Comenzar a medir

Para Tamara Propato, docente del Departamentos Métodos Cuantitativos y Sistemas de Información (Fauba) y autora, junto a Verón, del artículo “La matriz energética argentina y su impacto ambiental”, la cuantificación de los impactos indirectos es muy compleja, y esa dificultad se relaciona con la manera de expresar el impacto.

Para Verón, el impacto sobre el ambiente se lo puede estimar como el producto entre la energía generada por unidad de área y la superficie afectada a la producción de esa energía. “Por lo general, encontramos que el petróleo o el gas natural tienen un impacto bajo porque si bien generan mucha energía, alteran un área relativamente pequeña. Con los biocombustibles sucede lo contrario: generan menos cantidad de energía por unidad de área, pero su producción demanda una superficie elevada una cantidad muy grande de hectáreas. El impacto ambiental, en este caso, sería enorme. Y lo más preocupante: en nuestro país, esto aún no ha sido cuantificado”, advirtió.

Agrovoz

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